Las ballenas cantan para cumplir sus funciones biológicas, como comer, cazar y aparear, pero también es un rasgo cultural para comunicarse entre sus especies
Así como el ser humano necesita su voz para comunicarse, las ballenas también, por eso se pueden apreciar algunos sonidos en el mundo marítimo.
Las ballenas y otros cetáceos como los delfines, belugas, orcas y cachalotes, necesitan comunicarse y lo hacen a través de cantos.
Su uso se debe también a la necesidad de orientación, cazar comida y hasta para encontrar una pareja para aparearse.
¿Cantan?
Todo cetáceo, ballenas y delfines, dependen de la comunicación acústica que viaja a través del agua, porque otros de sus sentidos no les ayudan tanto. El olfato y la vista en el mar no suele ser el fuerte de estos animales y por ello recurren al sentido de su espacio y las vibraciones.
Estos sonidos pueden viajar hasta 3 mil kilómetros de distancia a través del océano y hasta llamar la atención de diversos biólogos.
Estudian el sonido de las ballenas
Ecolocalización, apareamiento, migración y alimentación, son las principales funciones biológicas para usar el sonido, pero no todos están convencidos de ello.
Dos de estos son los biólogos norteamericanos, Roger Seale Payne y Scott McVay, quienes empezaron a estudiar en la década de los 70 el canto de las ballenas jorobadas o yubartas.
Roger Seales Payne. FOTO: The Daily Progress. Scott McVay. FOTO: Portal Princeton Alumni Weekly.
Como ellos, hay grupos que dedican sus programas de investigación a la disciplina bioacústica, donde se recogen los sonidos para estudiarse. Mediante equipos de grabación e hidrófonos se compilan espectogramas, que son gráficos que muestran los patrones de frecuencias acústicas que emiten los animales.
Sus estructuras son complejas y organizadas, lo que llama aún más la atención de quien investiga, pues se pueden distinguir temas, frases y subfrases.
A lo largo del tiempo, un grupo de ballenas puede evolucionar su canto y dejan de repetir los patrones de años pasados.
Ellen C. Garland y su equipo de colaboradores comprobaron el dato en 2011, agregando que entre poblaciones se transmiten sonidos diferentes, pero siempre están dentro de la misma especie.
Katy Payne, esposa de Roger Payne, se acercó al estudio con el enfoque de la musicalidad y aportó que los sonidos no son emitidos al azar.
Ella logró distinguir melodías, ritmos y composiciones que, como Ellen, comprobó que evolucionaron con el paso de los años. Esto señala que cuando cantan no solo aplican funciones biológicas, también puede ser un rasgo cultural de cada población y especie que crece y aprende a interactuar.
Con información de Metode, Investigación y Ciencia, y New York Times.