Biosfera 2 fue una obra de la ingeniería humana de los años 90, un experimento que buscaba crear una réplica de la Tierra dentro de una estructura cerrada. Su objetivo era ambicioso: recrear un ecosistema autosuficiente, similar al de nuestro planeta, dentro de una construcción artificial.
En 1991, ocho voluntarios decidieron aislarse durante dos años dentro de una estructura de cristal y acero, diseñada para replicar diferentes ecosistemas terrestres. Este experimento formaba parte del proyecto conocido como Biosfera 2, cuya finalidad era explorar la posibilidad de que, en un futuro, los humanos pudieran sobrevivir en colonias fuera de la Tierra.
Durante la misión, los “biosferianos” tuvieron que llevar una vida casi autosuficiente, enfocada principalmente en la agricultura. Cultivaban sus propios vegetales, recolectaban granos y obtenían proteínas de animales de granja y peces criados en estanques de acuicultura.
El proyecto fue presentado como una “misión espacial en la Tierra”, lo que atrajo la atención de los medios de comunicación. Sin embargo, el desenlace no fue el esperado. Los cultivos no prosperaban como se había previsto, la comida comenzó a escasear, el oxígeno disminuía y las tensiones entre los participantes empezaron a aflorar.
¿Cómo se diseñó Biosfera 2?
El complejo de Biosfera 2 fue concebido como una pequeña réplica del planeta, con biomas artificiales, animales, plantas de diversas partes del mundo, e incluso un océano y un desierto.
El diseño original fue ideado por John Polk Allen, ingeniero graduado en Harvard y director de Space Biospheres Ventures. En 1984, su compañía adquirió la propiedad en Oracle, Arizona, donde se construiría el ecosistema cerrado. Para 1989, la estructura estaba lista: un enorme domo de cristal y acero, una zona tecnológica subterránea y una área destinada a la vida humana.
En este espacio reducido y con recursos limitados, solo ocho personas fueron seleccionadas para la primera misión, que comenzó en septiembre de 1991. El objetivo era claro: vivir dos años sin contacto alguno con el exterior.
Los dos años dentro de Biosfera 2
Aunque lograron completar la misión, los dos años no fueron lo que llamaríamos una experiencia idílica. A pesar de haber cosechado plátanos, cacahuetes y batatas, la comida nunca fue suficiente para los ocho participantes, quienes llevaban una vida físicamente activa y constante.
El oxígeno también se convirtió en un desafío. Un periodo inusualmente nublado redujo la fotosíntesis de las plantas, mientras que el suelo, rico en nutrientes para los cultivos, estaba plagado de bacterias que también consumían oxígeno.
Esto provocó una situación crítica: los niveles de oxígeno cayeron a lo equivalente a una altitud de más de 4,000 metros. En varias ocasiones, el médico del grupo, Roy Waldorf, solicitó inyecciones de oxígeno externas. El ambiente tenso y la escasez de alimentos solo empeoraban la convivencia.
Divisiones y tensiones dentro de Biosfera 2
La situación en Biosfera 2 pronto se deterioró, creando divisiones entre los biosferianos. Se acusaban mutuamente de robar comida y acumulaban provisiones en secreto. Aunque intentaban seguir recopilando datos científicos, el ambiente de rivalidad y la constante sensación de hambre dificultaban la misión.
Linda Leigh, una de las participantes, recordó: “Respirábamos el mismo aire, estábamos sofocados y hambrientos“. Nelson, otro miembro del grupo, lamentó: “Las peleas nos alejaban del objetivo por el que estábamos allí“.
El experimento comenzó a desmoronarse. Se tuvo que introducir comida y oxígeno desde el exterior, y los medios de comunicación no tardaron en calificar el proyecto como un “fracaso”.
En 1994, una segunda misión fue lanzada, pero esta vez se canceló antes de completarse. Hoy en día, Biosfera 2 pertenece a la Universidad de Arizona y es utilizada como un centro de investigación para estudiar los ecosistemas terrestres.
Tres décadas después, ya no hay más confinamientos ni experimentos en el imponente domo de cristal, pero el legado de Biosfera 2 sigue vivo en la ciencia y en la cultura popular.