La Independencia de México dio inicio luego de que Miguel Hidalgo y Costilla diera el ‘Grito de Dolores’ de la noche del 16 de septiembre de 1810.
Nancy Valenzuela / NORO
La Independencia de México es uno de los eventos más importantes en la historia del país, y entre sus figuras más destacadas se encuentra Miguel Hidalgo y Costilla, conocido popularmente como “El Padre de la Patria”. Este sacerdote y revolucionario lideró el movimiento que puso fin al dominio español en México, convirtiéndose en un símbolo de lucha y libertad.
Miguel Hidalgo y Costilla: desde nacer en Guanajuato hasta su preparación profesional
Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor nació el 8 de mayo de 1753 en la Hacienda de San Diego Corralejo, en el municipio de Pénjamo, Guanajuato. Provenía de una familia criolla acomodada, lo que le permitió acceder a una buena educación. Desde joven, mostró gran interés por el conocimiento, estudiando en el Colegio de San Nicolás en Valladolid (hoy Morelia), donde más tarde sería rector.
Hidalgo se ordenó como sacerdote en 1778, desempeñándose en diversas parroquias. Sin embargo, su visión del mundo no era la de un clérigo común. A lo largo de su vida, se interesó por diferentes disciplinas, desde la agricultura hasta la filosofía, y promovió ideas progresistas que iban en contra de las rígidas estructuras coloniales, defendía la enseñanza del latín, el estudio de las ciencias y fomentaba la actividad económica entre los indígenas y mestizos, lo que le trajo conflictos con la iglesia y la corona española.
Participación de Miguel Hidalgo y Costilla en la Independencia de México fue clave
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, México, entonces conocido como la Nueva España, era una colonia española marcada por profundas desigualdades sociales y raciales. Los criollos, descendientes de españoles nacidos en América, estaban descontentos con su falta de poder político frente a los peninsulares, lo que generó un clima de tensión.
Hidalgo, influenciado por las ideas de la Ilustración y el deseo de justicia social, se unió a un grupo de conspiradores en Querétaro, donde se planificaba un levantamiento armado contra el dominio español. Este grupo incluía a importantes personajes como Ignacio Allende, Juan Aldama y José Mariano Jiménez, quienes compartían la visión de un México libre e independiente.
El 16 de septiembre de 1810, tras ser descubierta la conspiración, Hidalgo decidió adelantarse a los planes y convocó a la población a levantarse en armas. En la madrugada de ese día, en el pequeño pueblo de Dolores (hoy Dolores Hidalgo, Guanajuato), el cura lanzó el famoso “Grito de Dolores”, llamando a la rebelión contra la opresión española. Aunque el contenido exacto de su discurso es desconocido, se cree que incitó a luchar por la independencia, la religión y la justicia social.
A partir de ese momento, encabezó un ejército formado principalmente por indígenas y campesinos, que avanzó rápidamente por el Bajío, tomando ciudades importantes como Celaya, Guanajuato, y Valladolid (Morelia). Aunque carecían de experiencia militar y armamento adecuado, la fuerza de su causa les permitió ganar batallas cruciales y sembrar el temor entre las autoridades virreinales.
Miguel Hidalgo y Costilla fue captura y degollado por su papel en la Independencia de México
A pesar de los éxitos iniciales, el movimiento liderado por Hidalgo comenzó a enfrentar dificultades. La falta de organización, las divisiones internas y la superioridad militar de las fuerzas realistas hicieron que las tropas insurgentes fueran perdiendo terreno.
En marzo de 1811, Hidalgo fue capturado en Acatita de Baján, en el actual estado de Coahuila, junto a otros líderes insurgentes como Allende y Aldama. Fue llevado a Chihuahua, donde fue sometido a juicio eclesiástico y militar. El 30 de julio de 1811, Miguel Hidalgo fue fusilado, su cuerpo decapitado y su cabeza exhibida en la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, como un escarmiento para quienes intentaran seguir sus pasos.
El legado de Miguel Hidalgo y Costilla perduró, y su figura se consolidó como el “Padre de la Patria”. Su sacrificio y liderazgo inspiraron a otros a continuar la lucha por la independencia, que finalmente se lograría el 27 de septiembre de 1821.
Con información de Milenio y México Desconocido