Su nombre de pila es Javier Isaac Medina Núñez, mejor conocido como Javier Bátiz, músico y compositor mexicano con más de sesenta años de carrera, considerado uno de los pioneros del rock and roll en el país.
Javier nació el 3 de junio de 1944 en Tijuana, Baja California. Sus primeras influencias musicales provinieron de la música afroamericana de los años 50, el blues y el r&b, cuando esta era ilegal en Estados Unidos, por lo que se transmitía desde las ciudades fronterizas del norte de México.
Así fue como Javier Bátiz descubrió a artistas como T Bone Walker, Muddy Waters, B.B. King, Chuck Berry, Howlin Wolf, James Brown, entre otros, que serían una gran influencia para su música.

«[…] yo oía esas estaciones y eso fue lo que me hizo tocar rock and roll como toco ahorita, como negro, o sea, hablar como negro y ser como negro y todo. Y lo que pasa es que la música negra, es pues, la música que empezó el rock and roll».
Entrevista recogida en Jóvenes excéntricas: cuerpo, mujer y rock en Tijuana (2015) de Merarit Viera
Inicios de Javier Bátiz: Los TJ
En 1957, con tan solo trece años Bátiz fundó su primera banda, conocida como «Los TJ», con su hermana, la también cantante Baby Bátiz y compañeros de la escuela. Él los enseñó a tocar.

Se presentaron en los bares sobre Avenida Revolución de finales de los 50 y principios de los 60: Mike’s, Aloha, Convoy Club, Blue Note, entre otros, famosos por ver nacer a otras bandas importantes, como Los Moonligth, Los Dug Dugs y Los Tijuana Five.
La gran ciudad y la leyenda viva
En 1963 Javier Bátiz se trasladó a la capital del país en busca de nuevos horizontes, con la promesa de integrarse como vocalista a la banda Los Rebeldes del Rock. El rocanrolero de Tijuana entraría en sustitución de Johnny Laboriel, lo que al final no pudo concretarse debido a la voz áspera de Javier Bátiz, que no se amoldó a la propuesta de la banda.
Decidió intentarlo como solista, ahora en uno de los primeros cafés cantantes de la ciudad, La Fusa. Después, hizo una temporada en el legendario Harlem, con gran éxito.
En 1968 Javier Bátiz es contratado para tocar en el bar Terraza Casino, a donde acudían políticos, artistas e intelectuales de la época. Sus funciones se abarrotaban. Ahí se consagró como un referente del género.
Un año más tarde, con la popularidad que había ganado, se presentó en el primer concierto masivo al aire libre en México, en la Alameda Central, ante un público de 18 mil personas.
Legado
Además de su discografía, integrada por al menos 30 títulos, «El Brujo», como se le conoce en la escena musical, ha sabido mantenerse fiel a su estilo e influir de esta forma a músicos tan reconocidos como Carlos Santana, Alex Lora, Abraham Laboriel, Fito de la Parra (de Canned Heat), y Guillermo Briseño.
«Sobre todo introduje la forma de tocar guitarra de una manera muy peculiar, muy personal, y la manera de cantar también porque no sabía cómo le hacía para raspar la voz pero pues era natural. Esa vocecita es uno de los distintivos».
Javier Bátiz, en entrevista para Distintas latitudes (2012)
Fuentes: Proceso, Presente Tijuana, Rock en México, Ladislao Martínez Blogspot, Distintas latitudes