Se cuenta que la boda más famosa de Sinaloa, o quizá una de ellas, se celebró el siglo pasado en la comunidad costera de El Playón, al suroeste del municipio de Angostura. Sidronio Castro, joven de 17 años, de una de las familias fundadoras del pueblo, y Amalia Urías, dos años más joven, de la que se cuenta poseía una belleza sin par, fueron los protagonistas.
Recordada como un acontecimiento histórico por la gente mayor de la comunidad aledaña de La Reforma, la boda más famosa de Angostura tuvo como artífice a la madre del novio, la señora María Escárrega que, luego de enviudar del padre del novio, el señor Indalecio Castro, decidió tirar la casa por la ventana.
Famoso por su tacañería, se dice que Indalecio Castro pedía a su mujer que remendara hasta sus sombreros con tal de no gastar su fortuna, que no era poca, al ser uno de los hombres más ricos de su época.
Por eso, tras su muerte la señora Escárrega, que no había disfrutado de la fortuna de su marido, se dedicó a organizar la que sería la boda más famosa de Angostura.
Los preparativos
Francisco René Bojórquez, cronista del municipio, contó que María Escárrega mandó construir una casona estilo colonial donde se celebraría la boda, como regalo para su primogénito en 1929.
En las paredes, Doña María mandó pintar un mural a un artista traído desde Guadalajara. Contenía las figuras de unos pavos y un tren (como el que llegó a la región en 1907), una faena de toros y una maja desnuda, como la de Francisco de Goya, pintada antes de 1800.
Ruptura de las tradiciones
De acuerdo con el cronista oficial, ver a un extranjero pintar una mujer desnuda en las paredes de una casa significaba algo totalmente nuevo y ajeno a las tradiciones del pueblo.
Por otro lado, para la boda más famosa de Angostura, la señora Escárrega contrató a la Orquesta Ibarra de Guasave, dirigida por Lamberto Ibarra, en lugar de Los músicos de La Huerta, o la Banda de San Benito del maestro Margarito Aguilar, como era la costumbre en todas las fiestas de El Playón.
Tres días antes del evento, Doña María se encargó de avisar a los vecinos de la comunidad que, contrario a la tradición, no se llevaría a cabo el recibimiento de los novios al regreso de la unión civil y religiosa, muestra de reconocimiento de las familias a los nuevos esposos por haber cumplido como pareja al casarse y ser un ejemplo para los más chicos.
La boda más famosa de Angostura
Siguiendo a René Bojórquez, la boda se celebró en 1930. Los invitados llegaron directo al zaguán de la casa ya construida y con el mural terminado. La Orquesta Ibarra se dispuso a tocar, incluyendo entre sus instrumentos la tuba, que no se conocía en el pueblo.
Vinieron invitados de Culiacán, Mocorito y Guasave. Al grito de «¡Ya vienen los novios!» fue recibida la pareja, quien transitaba a bordo de un automóvil color crema, al que los locales bautizaron como «La bonchita», debido al tiro corto de la parte trasera, parecido a los animales de cola corta.
Por aquel entonces, los carros eran contados en la región del Évora, por lo que resultó una sorpresa mayor para todos los presentes.
Fuentes: Debate, La Voz del Norte