La ley del hielo forma parte de los comportamientos que, lejos de resolver problemas, deterioran las relaciones.
Nancy Valenzuela / NORO
Las relaciones interpersonales, ya sean de pareja, familiares o de amistad, no están exentas de conflictos. Cuando estos no se resuelven adecuadamente, pueden generar tensiones que afectan la salud mental de quienes están involucrados. Un comportamiento común que surge tras una disputa es la llamada “ley del hielo”, un mecanismo que pone en riesgo las relaciones.
¿Qué es la ley del hielo?
La ley del hielo es una forma de comportamiento que consiste en ignorar deliberadamente a otra persona como respuesta a un conflicto. Este acto implica una negación de la comunicación y de la oportunidad de que la otra persona exprese sus emociones o puntos de vista.
Este comportamiento es inconsciente o una táctica consciente para manipular o castigar a la otra persona. En ambos casos, este tipo de actitud es perjudicial y constituye una forma de violencia silenciosa que erosiona la calidad de las relaciones.
¿Cuáles son los impactos negativos de la ley del hielo?
La ley del hielo tiene efectos profundamente negativos en cualquier tipo de relación. Al ignorar a la otra persona, se disminuye la satisfacción dentro de la relación, se debilitan los sentimientos de intimidad y se reduce la capacidad para comunicarse de manera saludable. Diversos estudios han demostrado que esta forma de interacción no solo afecta la relación a nivel emocional, sino que también puede tener repercusiones físicas y psicológicas, como frustración, desmotivación y un desgaste emocional considerable.
Este tipo de comportamiento es particularmente dañino porque rompe uno de los pilares fundamentales de cualquier relación: la comunicación. Sin un canal de diálogo abierto y sincero, es prácticamente imposible resolver los conflictos de manera efectiva, lo que a menudo lleva a un deterioro irreversible de la relación.
¿Cómo evitar la ley del hielo para evitar afectar la relación?
Afortunadamente, existen estrategias para manejar adecuadamente la ley del hielo y evitar que se convierta en un patrón destructivo. Algunos consejos incluyen:
- Mantener la calma: Es fundamental no dejarse llevar por la ira y controlar los impulsos. Respirar profundamente, contar hasta diez y pensar antes de hablar pueden ayudar a desescalar la situación.
- Usar un lenguaje conciliador: Adoptar un tono de voz calmado y mantener un lenguaje corporal abierto puede facilitar la resolución del conflicto sin herir a ninguna de las partes.
- No caer en el juego: Es importante no reforzar el comportamiento de quien aplica la ley del hielo. No ceder a chantajes emocionales ni actuar por culpa son claves para no perpetuar esta dinámica.
Con información de Glamour México y Onda Cero
