Las alumnas alcanzaron el primer lugar con su iniciativa de bioplástico
Génesis Ayón Loza, Samantha Guadalupe Carrasco Tovar y Nathalia Quetzalli Martínez González, oriundas de Mazatlán, Sinaloa, y bajo la tutela de la profesora Judith González, lograron alcanzar una destacada posición en el Festival Internacional de Ciencia Social, Ingeniería y Educación en Rumania, gracias a su proyecto de bioplástico a base de camarón.
De esta manera, se han convertido en embajadoras de Mazatlán, Sinaloa, y México, en suelo europeo.
Estas jóvenes mazatlecas son las únicas representantes de todo el continente americano en este evento, razón por la que han recibido felicitaciones de docentes e investigadores provenientes de Puerto Rico y Panamá, entre otros países.
Su presencia en el pasado Expo Ciencias 2022 les permitió darse a conocer, y su medalla de oro obtenida en Túnez, África, en uno de los festivales científicos más prestigiosos a nivel mundial, ha respaldado su trabajo.
Actualmente, las estudiantes se están preparando para una segunda exposición de su proyecto, en la que competirán con países como Indonesia, Malasia, Rumania y Taiwán.
Ellas participaron en la subcategoría de biología, en la cual se evalúan las propuestas ecológicas y biológicas para abordar problemas ambientales y preservar los ecosistemas naturales, tal como se especifica en la página oficial del evento.
La propuesta planteada por estas jóvenes mazatlecas busca reemplazar los plásticos de un solo uso mediante un bioplástico biodegradable y no contaminante elaborado a partir de quitosano puro, extraído de las cáscaras de camarón que suelen ser desechadas.
Las estudiantes representaron así también a Mazatlán, tanto cultural como turísticamente.
¿Qué es un bioplástico?
Los bioplásticos son una categoría de materiales plásticos que se distinguen por estar elaborados a partir de compuestos orgánicos (de ahí el prefijo «bio») y, por lo tanto, son degradables.
Los materiales imitan el aspecto del plástico, pero es importante destacar que no se producen a partir del petróleo. No obstante, debido a que se utilizan principalmente como alternativa a los plásticos de un solo uso, se les ha otorgado esta denominación popular.
Los plásticos desechables incluyen envoltorios, bolsas de supermercado, pajitas, cubiertos y vajilla desechables, entre otros. Estos objetos, que son parte común de nuestras actividades diarias, están fabricados con diversos tipos de plásticos derivados de la industria petroquímica (los más comunes son el polietileno, el polipropileno, el ABS y el PET, entre muchos otros).
Estos plásticos no son biodegradables, lo que significa que su uso en este contexto genera una gran cantidad de residuos, a pesar de que el reciclaje de botellas de plástico y la producción de telas a partir de botellas se estén volviendo más populares.
Los plásticos biodegradables se generan a partir de materias primas vegetales. Actualmente, se encuentran diversos tipos que presentan distintas aplicaciones dependiendo de su finalidad.
De esta manera, derivados de vegetales como el trigo, la legumbre o la yuca, posibilitan la síntesis de compuestos que, al enfriarse, adquieren la apariencia de un plástico convencional, aunque sin compartir características moleculares con este.
Los bioplásticos se producen a partir de cultivos específicos destinados exclusivamente a tal propósito. De esta manera, en lugar de destilar hidrocarburos para la fabricación de plástico, se recolectan diversas plantas que, mediante procedimientos químicos en laboratorio, se transforman en materias primas útiles para la elaboración de los plásticos biodegradables.
Fuentes: Ecología Verde, El Debate, Punto Mx