El gobierno de México ha manifestado su oposición a la reciente orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para cambiar el nombre del Golfo de México a «Golfo de América» en plataformas como Google Maps.

La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que la Cancillería enviará una carta a Google solicitando una explicación y evitando que la modificación se lleve a cabo.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum enfatizó que, hasta el momento, no se ha realizado ningún cambio en la nomenclatura oficial del Golfo de México. Sin embargo, resaltó que Google se basa en fuentes gubernamentales de Estados Unidos para actualizar su base de datos geográfica, lo que podría derivar en la implementación del cambio.
La mandataria destacó que la carta enviada a Google tiene como objetivo obtener una explicación formal sobre su proceso de denominación geográfica y asegurarse de que la nomenclatura internacional oficial sea respetada. Además, indicó que incluirá información técnica sobre soberanía marítima, con distinciones claras entre mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva y mar internacional.
Trump impulsa el cambio con su polémica política «America First»
El 24 de enero, el Departamento del Interior de EE.UU. anunció que la orden ejecutiva firmada por Trump hacía oficial la modificación del nombre del Golfo de México. Este cambio se suma a otras medidas simbólicas adoptadas por el presidente, como la restauración del nombre «Monte McKinley» al pico más alto de América del Norte.
La decisión se alinea con la doctrina «America First», que busca exaltar el legado histórico y la influencia de Estados Unidos. «Es de interés nacional promover nuestro patrimonio y garantizar que las futuras generaciones celebren el legado de nuestros héroes«, declaró Trump en su decreto.

Google Maps cede y aplicara el cambio en EE.UU.
Google anunció que actualizará la denominación en su plataforma una vez que la Base de Datos Oficial de nombres geográficos (GNIS) de EE.UU. se actualice. Sin embargo, aclaró que el cambio solo se reflejará para los usuarios estadounidenses, mientras que en México y otras partes del mundo se mostrará el nombre original junto con la nueva denominación.
Esta decisión ha sido interpretada por algunos sectores como una provocación hacia México, considerando las tensiones históricas entre ambos países en temas como inmigración y comercio. Incluso, en tono irónico, la presidenta Sheinbaum sugirió que «Norteamérica podría llamarse América Mexicana», evocando el uso histórico de este término en el continente.

Más allá de una cuestión de nombres, el Golfo de México tiene una importancia económica clave para Estados Unidos. Representa el 14% de la producción de petróleo crudo del país, provee el 40% de los mariscos consumidos y es un destino turístico relevante. Trump ha justificado el cambio alegando que la región «está controlada por cárteles» y que «nos pertenece».
A pesar de las declaraciones del mandatario, la comunidad internacional y el gobierno de México mantienen firme su postura de que el Golfo de México seguirá siendo reconocido con su nombre histórico.