La misoginia ha sido considerada una conducta discriminatoria, al igual que la homofobia, xenofobia, entre otras, por la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación en México.
Nancy Valenzuela / NORO
La misoginia se ha vuelto un problema social que se disfraza en comportamientos que perpetúan estereotipos y desigualdades. Estos pueden incluir comentarios despectivos, bromas ofensivas, y actitudes paternalistas que, aunque aparentemente inofensivas, refuerzan la idea de que las mujeres son inferiores a los hombres.
¿Qué significa la misoginia?
La misoginia, un término que deriva del griego “misos” (odio) y “gyne” (mujer), representa una de las formas más insidiosas de discriminación y violencia de género en la sociedad contemporánea.
Este concepto, que abarca desde el desprecio sutil hasta actos flagrantes de violencia, es una manifestación del odio hacia las mujeres que persiste en múltiples contextos afectando la igualdad de género y la percepción de las mujeres en diversos ámbitos.
La misoginia es considerada una conducta discriminatoria en México
En México, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED, 2003) clasifica la misoginia como una conducta discriminatoria al mismo nivel que la homofobia, la xenofobia y el antisemitismo.
Además, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV, 2006) reconoce la misoginia como una manifestación de odio que se traduce en actos violentos y crueles contra las mujeres por el simple hecho de serlo.
Características de una persona misógina
El comportamiento de una persona misógina se caracteriza por una serie de rasgos distintivos que reflejan su desprecio hacia las mujeres. Según la neurocientífica Berit Brogaard, un misógino típico puede actuar de manera encantadora y seductora al principio de una relación, utilizando su carisma para ganarse a una mujer. Sin embargo, una vez que ha logrado su objetivo, su comportamiento cambia drásticamente, mostrando actitudes arrogantes, controladoras y egocéntricas.
Una persona con características misóginas suele ser extremadamente competitiva con las mujeres, al punto de sentirse amenazada por su éxito, y tenderá a criticarlas por comportamientos que premia en los hombres. Además, mide con diferentes varas a hombres y mujeres, mostrándose comprensiva y leal con los primeros, mientras que es inconsistente y desconsiderada con las segundas.
En el ámbito sexual, un misógino busca controlar y subyugar a su pareja, mostrando desinterés por su placer y tratando de reafirmar su poder a través de la infidelidad y el desprecio hacia los deseos y necesidades de la mujer.
El entorno laboral tampoco es ajeno a la misoginia. La persistencia de la brecha salarial, el llamado «techo de cristal» que impide a las mujeres acceder a posiciones de liderazgo, y la subestimación de sus capacidades en sectores dominados por hombres, como la ciencia y la tecnología.
Con información del Instituto Nacional de las Mujeres, Elle México e Infobae