Un pez remo llegó a la costa de Sonora y un turista lo compartió en redes sociales, causó confusión y alarma, pues supuestamente su presencia predice desastres naturales
A través de redes sociales, un turista en la playa El Siaric, Etchojoa, subió foto de un pez remo que desconcertó a los visitantes.
Este pez, llamado remo o sable, asombró a los pescadores que también transitaban el lugar, pues usualmente vive a más de mil metros bajo del mar.
Y, acorde a la cultura japonesa, la aparición del pez presagia la llegada de desastres naturales como tsunamis, ciclones y terremotos.
¡Aguas, un pez remo!
El ejemplar que llegó a costa sonorense medía cerca de 2 metros de largo, acorde a los turistas que pudieron apreciarlo.
Estos pueden medir hasta 11 metros de largo y pesar 200 kilos; es también el pez con los huesos más largos del mundo.
Pocas veces llega a la superficie dicha especie, y cuando lo hace, los científicos le atribuyen su visita a que morirán o desovarán.
No es la primera vez que llega un pez remo al noroeste. Hace un año apareció otro en la Bahía Pichilingue, en La Paz, Baja California Sur.
En el mismo verano pero en diferentes zonas, David Zabedrosky, el editor de la Red Climática Mundial, comentó por Twitter que se encontraron a otros dos peces remo en breves lapsos. Uno se localizó en San Bernardo de Leite, Filipinas, y el otro en Playa Murciélago de Manta, Ecuador.
Su significado en Japón
En Japón se le llama Ryugu no tsukai, que significa el mensajero del palacio de dios del mar.
Cuando llegan a encontrarlo en sus costas, no le toman fotos al animal, inmediatamente quien lo ubica alerta a las autoridades y se encienden alertas ante posibles desastres. Por ejemplo, a la presencia de este pez se le atribuye el terremoto de Fukushima, en 2011, que sucedió seguido de un tsunami.
En dicha ocasión fueron 12 peces remo los que llegaron a la costa japonesa, acorde al medio noticioso Kyodo News.
La creencia del pez en Japón es tomada muy en serio; sin embargo, científicos que colaboran con National Geographic desmienten la relación, pues no hay evidencias certeras.
Con información de National Geographic, Mundo Real, Diario del Yaqui, El Financiero y La Vieja Guardia.