Más de 1 millón de niños en México presentan niveles peligrosos de plomo en la sangre, principalmente debido al uso de loza de barro vidriado. Esta intoxicación afecta gravemente su desarrollo y es más prevalente en comunidades vulnerables, subrayando la necesidad urgente de soluciones.
Ricardo Amador/NORO
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua 2023 (ENSANUT), 1.38 millones de niños entre 1 y 4 años en México tienen niveles de plomo superiores a los establecidos por la Norma Oficial Mexicana, lo que equivale al 17.2% de esta población.
Las consecuencias en la salud de esta exposición son graves, afectando el desarrollo cognitivo y la salud general de los menores, especialmente en comunidades vulnerables.

El plomo puede encontrarse en varios productos de uso cotidiano, como la alfarería tradicional, las pinturas y algunos plásticos.
Uno de los mayores problemas en México es el uso de loza de barro vidriado con este elemento, ampliamente utilizada en la preparación y almacenamiento de alimentos.
La prevalencia de intoxicación entre quienes usan este tipo de loza alcanza el 44.3%, en comparación con el 9.8% de quienes no la utilizan.
A pesar de las advertencias sobre sus peligros, su bajo costo y la falta de regulación efectiva permiten que continúe siendo una fuente principal de exposición.

Además de la alfarería, este elemento también está presente en pinturas que se desprenden y liberan partículas contaminantes, así como en plásticos utilizados en juguetes, lo que es particularmente peligroso debido al constante contacto que los niños tienen con estos productos.
Impacto de la exosición al plomo
Los efectos de la exposición son más severos en poblaciones vulnerables. La ENSANUT revela que el 23.7% de los niños que viven en condiciones de pobreza presentan niveles elevados de plomo en la sangre.
Esta cifra se incrementa al 28.7% en niños pertenecientes a comunidades indígenas, y al 25.2% en aquellos con desnutrición crónica. Las razones detrás de estas cifras incluyen el acceso limitado a información sobre los riesgos del plomo, así como la prevalencia de productos contaminados en estas áreas.

Un informe realizado por Casa Cem, una organización ambiental, subraya que los niños que crecen en México tienen ocho veces más probabilidades de presentar niveles de plomo superior a los 5.0 μg/dl en comparación con los niños de Estados Unidos.
Esto refleja una crisis de justicia ambiental, ya que quienes más sufren los efectos del plomo son aquellos con menores recursos y acceso a servicios de salud de calidad. Esta problemática evidencia las desigualdades estructurales que siguen afectando a las comunidades rurales e indígenas en México.
Medidas para reducir la crisis
Ante esta crisis, diversas organizaciones, como Pure Earth México, lanzaron campañas para reducir la exposición al plomo y proteger a la población infantil. Entre sus principales recomendaciones están promover el uso de alternativas libres de plomo en la alfarería, fortalecer su regulación en productos industriales, y realizar campañas educativas para concienciar sobre los riesgos.
También se hace un llamado a incrementar el acceso a pruebas de plomo en la sangre, especialmente para niños y mujeres embarazadas en zonas rurales.

A pesar de que el gobierno mexicano cuenta con normas que regulan el uso del plomo en productos para alimentos y bebidas, la implementación de estas regulaciones ha sido insuficiente. Solo el 14% de los alfareros tradicionales participan en el programa “Barro Aprobado”, que utiliza esmaltes libres de plomo, lo que refleja la falta de recursos para adoptar prácticas más seguras.
Las recomendaciones incluyen además capacitar a los alfareros en el uso de materiales sin plomo y fomentar la producción sostenible. Sin embargo, estos esfuerzos requieren un compromiso conjunto de la sociedad civil, el gobierno y el sector privado para mejorar las condiciones de salud pública y garantizar un futuro más seguro para los niños mexicanos.
¿Conoces productos que contengan plomo?
Fuentes: Debate, El País, Punto MX
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