La Profeco mencionó que son marcas que basan su modelo de negocio en la rápida introducción de conjuntos de ropa que en lugar de restituir con el mismo modelo de sus anaqueles, introducen un nuevo modelo que sustituye al agotado, cambiando en períodos máximos de seis semanas las prendas que llegan a las tiendas.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) lanzó una lista de marcas que tienen la peor calificación para comprar durante estas festividades y de acuerdo con su publicación en su Revista del Consumidor, anunció la ropa de mala calidad que existe a la venta en México.
Dentro del reportaje “Fast Fashion, la moda desechable”, publicado en diciembre del año 2019 y que ha vuelto a cobrar relevancia en las celebraciones de diciembre del 2023, se revelan las insuficiencias en la calidad de distintas marcas de ropa reconocidas.

Este reporte expone cómo reconocidas firmas, entre ellas Zara, Bershka, y H&M, están vendiendo lo que se denomina como “Fast Fashion”, es decir, prendas de baja durabilidad diseñadas para ser rápidamente sustituidas.
Lista de marcas con Fast Fashion en México: Profeco
Entre las marcas que se encuentran dentro de la lista de Profeco se encuentran: Bershka, Bestseller, Boohoo, C&A, Charlotte, Russe, Cotton On, Esprit, Fashion Nova, Fiv Foxes, Forever 21, Gap, Giordano, Guess, H&M, Mango, MAssimo Dutti, Meters/bonwe, Missguided, Selfridge, Nasty, Gal, New Look, New Yorker, Next, Oysho, Peacocks, PrettyLittleThing, Pull & Bear.

Además, Rainbow Shops, Renner, Riachuelo, River Island, Romwe, S. Oliver, Shasa, Shein, Stradivarius, Topshop, United Colors of Benetton, Uniqlo, Uterqüe, UrbanOutfitters, Victoria´s Secret, Zaful y Zara.
Debido a esto, la Profeco mencionó que son marcas que basan su modelo de negocio en la rápida introducción de conjuntos de ropa que en lugar de restituir con el mismo modelo de sus anaqueles, introducen un nuevo modelo que sustituye al agotado, cambiando en períodos máximos de seis semanas las prendas que llegan a las tiendas.

Es importante destacar que a este modelo de negocio se le suma en su cadena de producción malas prácticas laborales, en las que la ropa es producida en países como Bangladesh donde el pago por la mano de obra es precario, además, el uso de materiales de baja calidad para reducir también costos.
“Utilizan en su mayoría fibras sintéticas derivadas del petróleo como el poliéster, el nylon, el rayón o el acrílico. Siendo estos los mismos polímeros con los que se hacen los envases desechables”, comentó la Profeco.

Para la Profeco, esta ropa podría considerarse también desechable, pues debido a su mala calidad en la mayoría de casos no puede reutilizarse o darle otro ciclo de uso, terminando en montañas interminables de basura junto a plásticos y otros elementos con una huella medioambiental similar.
La ropa: un bien desechable por fast fashion
La práctica de la fast fashion ha transformado el ciclo de vida de las prendas y según el estudio realizado por la Profeco, la ropa ahora pasa de ser un bien duradero a uno casi desechable, con una vida útil que se ha reducido de años a meses.
Dicho modelo no solo tiene implicaciones económicas para el consumidor que se ve obligado a renovar su guardarropa con mayor frecuencia, sino que también significa preocupaciones ambientales y sociales.

En la misma publicación destaca tres repercusiones principales, la disminución de la funcionalidad de la ropa, la necesidad de reemplazo constante, y el incentivo creciente para el consumidor a participar en un ciclo de compra y desecho acelerado.
La exposición de estas marcas por parte de la Profeco ha generado un debate en torno a la calidad de la moda accesible y su impacto a largo plazo, tanto en consumidores como en el medio ambiente.
Con información de Dinero en Imagen, El Economista, El Sol de Cuernavaca