El legado de la cultura lowrider sigue creciendo gracias al Viejitos Car Club, fundado en 1985 por George Luna, en California
En el corazón de California, una pasión por los autos clásicos y la cultura lowrider se mantiene viva gracias al Viejitos Car Club, fundado en 1985 por George Luna, su hermano Roberto Luna y su amigo Lobo Rivera.
Este club de autos ha crecido a lo largo de los años, expandiéndose no solo por Estados Unidos, sino también por países como Japón, Australia, Italia y otras partes de Europa.
El club nació en South Central Los Ángeles, considerada la meca de la cultura lowrider. Los miembros del Viejitos Car Club dedican su tiempo y esfuerzo a construir y modificar autos clásicos, convirtiéndolos en lowriders, también conocidos como «bombers».
La historia de los lowriders en Los Ángeles se remonta a la década de 1940, cuando la cultura automovilística comenzó a afianzarse en el país. La tradición lowrider tiene raíces en la cultura de los pachucos y en el movimiento Zoot Suit, ambos relacionados con la protesta contra la desigualdad sistemática hacia las culturas latinas, sobre todo mexicanas.
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Uno de los aspectos más destacados del Viejitos Car Club es la historia de Teresa Garza, una mujer apasionada por la cultura lowrider y miembro activo del club. Teresa se interesó en el mundo de los lowriders a través de su padre, quien solía arreglar autos clásicos y compartir su pasión con ella. A lo largo de los años, Teresa ha trabajado en la preservación y promoción de la cultura lowrider, siendo un ejemplo para muchas mujeres en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres.
Teresa comenzó su andadura en el Viejitos Car Club como aprendiz, pero pronto demostró su habilidad y destreza en la restauración de autos clásicos. Con el tiempo, se convirtió en una de las líderes del club, y ha contribuido al crecimiento y expansión del Viejitos Car Club a nivel nacional e internacional como la primera mujer en formar parte de este club en el «chapter» de San Diego, como se les llama a las sedes donde se encuentra el club.
Bajo su liderazgo, el club ha organizado eventos, exposiciones y encuentros, mismos que han permitido a entusiastas de los lowriders de todo el mundo conectarse y compartir su pasión. Además, Teresa ha sido fundamental en la inclusión de más mujeres en el Viejitos Car Club, fomentando la igualdad de género y demostrando que las mujeres también pueden destacar en el mundo del automovilismo. A través del Viejitos Car Club, ella y otros miembros han logrado mantener viva una tradición que, más allá de ser solo una afición, se ha convertido en un estilo de vida y en una forma de reivindicar el orgullo latino.
Los «chapters» de Viejitos Car Club en Nevada
En Reno, Nevada, el Viejitos Car Club también ha expandido su influencia, con un chapter fundado en 2004 por Oscar González, hermano de Beto González, actualmente presidente del club local, quien creció leyendo la revista Lowrider y comenzó con una bicicleta lowrider antes de adquirir su primer auto, un Volkswagen Beetle de 1967.
Leo Martínez, otro miembro del club, fue inspirado por Beto González para adoptar el estilo lowrider. Martínez fundó un club de bicicletas lowrider para niños como una extensión del chapter Viejitos Car Club en Reno. El objetivo de este club de bicicletas es enseñar a los jóvenes a trabajar en sus propias creaciones y fomentar el amor por la cultura lowrider desde una edad temprana.
Por otra parte, José Jiménez, miembro del club en Reno, siente un gran orgullo latino al ver cómo la cultura lowrider se difunde entre otras culturas. Omar Silva, otro miembro del chapter de Reno, considera que el lowrider es parte de su identidad chicana y espera que el club ayude a cambiar el estereotipo de que todos los amantes de los lowriders están involucrados en pandillas.
Viejitos Car Club, todo empezó en México
La historia de George Luna, fundador del club, comenzó en México, a la edad de 7 años, cuando ayudaba a su padre a arreglar una vieja camioneta Chevy Panel Truck de 1951 en Guadalajara, Jalisco. Luna llevó esa experiencia a lo largo de su vida, convirtiéndola en una pasión que eventualmente lo llevaría a fundar el Viejitos Car Club.
Para George Luna, fundador del Viejitos Car Club, el club fue su salvación. El ex miembro de una pandilla utilizó el club para escapar de su pasado y transmitir un mensaje positivo a través de las diferentes generaciones. La cultura lowrider se ha convertido en un legado familiar para él, ya que tanto su hijo como su nieto también han adoptado este estilo de vida.
Para aquellos interesados en personalizar sus propios automóviles lowrider, pueden visitar el sitio web de George Luna, crazycustomclassics.com, y obtener más información sobre Viejitos Car Club y sus actividades. Asimismo, el club tiene planes de expansión y de organización de eventos benéficos, como el Crazy Cruise Foundation, que busca recaudar fondos para ayudar a familias afectadas por el cáncer.
¿Conoces otros clubs de lowriders?
Fuente: Reno Gazette Journal, San Diego Tribune.