Los corridos progresivos son un género musical que fusiona la complejidad de las melodías, la progresión final de una tonada y la poesía característica de los corridos tradicionales, pero sin limitarse a temas bélicos. Estos corridos, cantados en primera persona, integran elementos de rock, indie y otros estilos.
El cantante hermosillense Regulo Caro es considerado el pionero de los corridos progresivos. Caro logró combinar el rock con la música norteña, dando origen a este género alrededor de 2008 en Sinaloa, en un contexto de violencia por el narcotráfico que revivió la llamada narcocultura.
Durante este periodo, las canciones se cargaron de simbolismos violentos, lo que llevó a la prohibición de los narcocorridos en algunos estados como Sinaloa. Desde 2016, se prohíbe en eventos públicos la interpretación de música alusiva a este tema, aunque en años recientes han vuelto a escucharse.
En 2024, los corridos progresivos están resurgiendo en el ámbito del regional mexicano, marcando una nueva era para la música norteña que ha experimentado múltiples transformaciones en las últimas dos décadas. Este resurgimiento se debe en gran parte al éxito de la música mexicana en plataformas digitales y al reciente anuncio de Regulo Caro y Alfredo Ríos “El Komander” sobre el regreso de los corridos progresivos.
Regulo Caro dio la noticia a través de un video en TikTok, donde mostró la icónica camisa que lo acompañó en muchos escenarios desde 2010. Alfredo Ríos “El Komander” confirmó este regreso tras una conversación telefónica con Caro, anunciando que los corridos progresivos volverán a los escenarios mexicanos, especialmente en los palenques, donde fueron muy populares hace algunos años.
En 2008, el subgénero de los corridos progresivos dominaba la escena de la música regional mexicana, influenciando no solo los gustos musicales sino también las tendencias de moda. Artistas como Gerardo Ortiz, Los Buitres de Culiacán y Larry Hernández se destacaban por su preferencia por la ropa de la marca Ed Hardy. Esta marca, conocida como “El Dios Padre de los tatuajes modernos”, se caracterizaba por diseños brillantes y estampados de tigres, dragones, corazones, diablos y calaveras coloridas.
Aunque la popularidad de Ed Hardy ha disminuido desde su apogeo en los años 2000, aún sigue vigente. Sin embargo, su asociación con algunas figuras públicas controvertidas llevó a que en ciertos lugares se prohibiera la entrada a quienes vestían esta marca. Esta situación contribuyó a su declive en popularidad.
Actualmente, artistas como El Komander continúan mostrando prendas de Ed Hardy en sus redes sociales, manteniendo vivo el vínculo entre la marca y el género musical. Con el regreso de los corridos progresivos, surge la pregunta: ¿Resurgirá también la marca Ed Hardy?
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