Los rarámuris han obtenido el reconocimiento mundial al coronarse como los ganadores de reconocidos maratones alrededor del mundo. Sin embargo, su entrenamiento no es como el resto de los competidores.
Nancy Valenzuela / NORO
Los rarámuris, también conocidos como tarahumaras, son célebres por su capacidad de correr largas distancias, una habilidad que ha sido parte integral de su cultura durante siglos y que los ha preparado para ganar múltiples maratones alrededor del mundo.
Los deportistas suelen prepararse desde meses antes de sus carreras para ayudar a su cuerpo a cumplir con la exigencia que una carrera necesita, pero los rarámuris cuentan con una rutina diaria y estilo de vida que los ha vuelto resistentes a cualquier circuito y competencia.
El entrenamiento de los rarámuris no se limita solamente a sesiones específicas de ejercicio, sino que su vida diaria en la Sierra Tarahumara en Chihuahua los ha preparado para recorrer largas distancias y a una dura resistencia.
Desde temprana edad, los rarámuris han sido acostumbrados a desplazarse por largos caminos para lograr asistir a la escuela, mercados o para trabajar en el campo, por lo que no es necesario llevar una rutina previa para su cuerpo.
Además, a diferencia del resto de los deportistas, los rarámuris no cuentan con una tecnología avanzada para entrenar, ni calzado deportivo especial, sino que utilizan huaraches o sandalias hechas a mano con suelas de llanta de automóvil, lo que les permite correr largas distancias con una técnica de pisada eficiente y sin lesiones.
La simplicidad de su día a día les ha enseñado a escuchar a su cuerpo y a correr de manera intuitiva, lo que les ayuda a adaptarse a diversos terrenos y a las condiciones climáticas.
Una de las actividades más comunes en esta comunidad es el conocido juego tradicional rarajipari, el cual involucra correr mientras se patea una pequeña bola de manera a lo largo de un sendero montañoso. Entre los beneficios de este juego es que mejora la agilidad, la coordinación y resistencia, pues una partida puede llegar a durar horas o hasta días.
Uno de los elementos que es pieza clave para lograr mantener su capacidad para correr largas distancias, es su dieta. La alimentación de los rarámuris se basa en alimentos naturales como el maíz, los frijoles, la calabaza, entre otras hierbas y plantas.
El pinole, una mezcla de maíz tostado y molido, se consume como bebida energética que los beneficia a caminar y correr durante más horas sin que su cuerpo recienta el ejercicio.
Aunque los participantes suelen ver los maratones como una competencia, la realidad es que los rarámuris ven esta actividad como una oportunidad de profundizar espiritualmente. El correr no es un deporte, sino una forma de conectar con la naturaleza y su comunidad.
Por ello, los rarámuris se han caracterizado por mostrar una mentalidad positiva y resiliente a la hora de formar parte de maratones debido a que para ellos es una celebración de la vida en lugar de una competencia.
Con información de Crónica de Xalapa, El País y La Verdad Juárez
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