El Buen Fin 2022 está a la vuelta de la esquina. Como cada año, “el fin de semana más barato del año” contará con un sorteo promocionado por el SAT para comercios y compradores. En esta edición, la bolsa de premios es de 5 millones de pesos
El día de ayer 19 de octubre, la nueva titular de la Secretaría de Economía, Raquel Buenrostro Sánchez, anunció las fechas del Buen Fin 2022, que se llevará a cabo del 18 al 21 de noviembre, así como también el sorteo que lo acompaña a realizarse el 9 de diciembre.
Este año el Servicio de Administración Tributaria (SAT) participará con una bolsa de 500 millones de pesos, con el objetivo de llegar a la mayor cantidad de comercios y compradores.

El sorteo tiene el objetivo de incentivar la participación en el Buen Fin 2022 a través de compras con tarjetas de crédito o débito en comercios participantes, así como la formalidad fiscal de los negocios, de acuerdo a la administradora general de Servicios al Contribuyente Andrea Yoalli.
¿Cómo participar en el sorteo del Buen Fin 2022?
Para compradores no es necesario hacer ningún trámite previo, simplemente realizar una compra mínima de 250 pesos usando tarjeta de crédito o débito de bancos participantes.
Por su parte, los comercios que deseen participar en el Buen Fin 2022 deberán registrarse en el sitio oficial: www.elbuenfin.org, a más tardar el 17 de noviembre. El registro es totalmente gratuito. Para participar, los comercios solo deben de contar con buzón tributario activo, así como opinión de cumplimiento positiva.

Los premios
El sorteo tendrá dos premios mayores: uno para el comprador, de 250 mil pesos, y otro para el comercio, de 260 mil pesos.

Además se darán otros 326 247 premios por un monto total de 500 millones de pesos, de los cuales 400 millones se repartirán entre los consumidores y 100 millones serán para los comercios participantes. En todos los casos, el premio se entregará mediante #un depósito directo a la tarjeta ganadora o a la cuenta del comercio ganador#, informó la titular de Economía.
Fuentes: Forbes, Infobae, El Economista