El estado de Texas está implementando una nueva línea de defensa en la frontera con México, colocando una tercera barrera de alambre de púas en el río Bravo.
A pesar de las críticas del Gobierno mexicano y las preocupaciones por los riesgos que esta medida implica para los migrantes, las autoridades texanas continúan con su plan.
Elementos de la Guardia de Texas han llevado rollos de alambre de púas y rejas metálicas al margen del río Bravo con el objetivo de instalar una tercera línea defensiva que impida el cruce ilegal de migrantes, principalmente aquellos provenientes de países centroamericanos.
Esta acción forma parte de la orden emitida por el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien busca detener la entrada ilegal de migrantes que se aglomeran en la orilla del río.
Protestas de activistas e instituciones religiosas ante la instalación del alambre de púas
Organizaciones de derechos humanos y grupos religiosos han alzado la voz en protesta contra las políticas del gobernador Greg Abbott, calificándolas de “inhumanas” por atentar contra la integridad de los migrantes, especialmente los más vulnerables, como los niños.
Estas barreras, según denuncian, no solo hieren a quienes intentan cruzarlas, sino que también obligan a otros migrantes a buscar rutas aún más peligrosas, dejándolos a merced de la delincuencia organizada.
El pastor Francisco González, director de la Red de Albergues Somos Uno por Juárez, expresó su preocupación: “Es muy lamentable que Estados Unidos permita la instalación de estas barreras, las cuales han causado heridas a cientos de migrantes y la muerte de varios más”.
El pastor también señaló que, a través de grupos de WhatsApp donde se brinda apoyo espiritual a los migrantes, han recibido múltiples informes sobre los peligros adicionales que enfrentan debido a estas medidas. Añadió que estas acciones “abren la puerta para que los traficantes de personas, conocidos como ‘coyotes’, se beneficien aún más económicamente”.
Por su parte, Juan Carlos López Morales, portavoz de la Diócesis de Ciudad Juárez, hizo un llamado a las autoridades estadounidenses a dejar de tratar a los migrantes como un problema, recordando que son seres humanos en busca de soluciones a sus necesidades, carencias y situaciones de violencia. “La migración ya es de por sí arriesgada; salir del país, dejar atrás la cultura, la familia, enfrentarse a la soledad y a la delincuencia… Estas barreras son un obstáculo final que no disuade a los migrantes, solo complica su trayecto”, señaló el vocero.
Preparativos para instalar el alambre de púas en la frontera de Texas
El material destinado a reforzar el cruce ilegal hacia Texas ya ha sido colocado cerca de la puerta 42, un punto donde, semanas antes, varios migrantes intentaron cruzar hacia Estados Unidos en busca de una mejor vida.
Aunque las labores de instalación aún no han comenzado, ciudadanos que circulan por el boulevard Juan Pablo II, adyacente al río Bravo, se han mostrado sorprendidos al ver los rollos de alambre de púas y postes metálicos estratégicamente ubicados.
Rosa Mani Arias, coordinadora del área de Servicio al Migrante y Huellas de Abara Juárez, manifestó su preocupación por el impacto de estas medidas en la seguridad e integridad de los migrantes. “Nos preocupa profundamente el riesgo que estas barreras representan para las personas en tránsito. Estamos a favor de que los migrantes puedan realizar una entrada segura, y actualmente, las herramientas como CBP-One son las únicas que pueden garantizarlo”, afirmó la activista.
Mani Arias también instó a los migrantes que no se encuentran en albergues a acercarse a estos refugios, especialmente aquellos operados por iglesias, para protegerse del clima extremo y otros peligros. Además, hizo un llamado a evitar poner en riesgo sus vidas innecesariamente, buscando lugares seguros para ellos y sus familias.
En los siguientes días, se espera una declaración oficial por parte de las autoridades de Texas sobre las próximas acciones relacionadas con la instalación de esta tercera barrera.
