El puerto de Topolobampo, en Sinaloa, fue el escenario de una innovación táctica y de un símbolo del avance tecnológico y de la visión de futuro de los líderes revolucionarios de México.
Nancy Valenzuela / NORO
El estado de Sinaloa fue escenario de uno de los eventos más importantes de la historia: el primer combate aeronaval del mundo. Este suceso, que ocurrió el 15 de abril de 1914 en el puerto de Topolobampo, fue clave durante la Revolución Mexicana.
El combate aeronaval en Topolobampo, Sinaloa, fue el primer enfrentamiento documentado en el que un avión atacó una embarcación en plena batalla, años antes de que esto se viera en conflictos como la Primera Guerra Mundial.

Aviación militar en el país fue interrumpida por la Revolución Mexicana
Durante el Porfiriato ya se vislumbraba el potencial de la aviación con fines bélicos. Jóvenes como Nicolás Martínez y Federico Cervantes fueron enviados a Francia a estudiar aerostática. Sin embargo, el estallido de la Revolución Mexicana interrumpió esos primeros intentos. Aun así, el uso estratégico de aeronaves resurgió rápidamente: desde el contrabando de armas hasta vuelos de exploración, la aviación empezó a ganar protagonismo.
El presidente Francisco I. Madero fue incluso el primer jefe de Estado en volar en un avión. Más adelante, Venustiano Carranza, al frente del movimiento constitucionalista contra Victoriano Huerta, reconoció el valor estratégico del aire y envió a sus sobrinos, Gustavo y Alberto Salinas, a estudiar aviación. Fue así como adquirieron el biplano Sonora, protagonista de esta hazaña bélica.

Puerto de Topolobampo, Sinaloa: el escenario del primer combate aeronaval
Tras el golpe de Estado de Huerta en 1913, el buque ARM Tampico, comandado por el teniente Hilario Rodríguez Malpica, desertó y se unió a las fuerzas constitucionalistas. Se refugió en el puerto de Topolobampo, Sinaloa, a la espera de órdenes del general Álvaro Obregón.
Durante semanas, el Tampico resistió varios ataques de los cañoneros federales Guerrero y Morelos. Pero fue el 15 de abril de 1914 cuando la historia cambió para siempre. Ese día, arrinconado y sin escapatoria, el Tampico recibió el respaldo aéreo del biplano Sonora, piloteado por el capitán Gustavo Salinas Camiña y el mecánico Teodoro Madariaga.

Desde más de 900 metros de altura, el Sonora lanzó bombas rudimentarias —hechas con tubos, granadas y dinamita— sobre el buque Guerrero, que no contaba con armamento antiaéreo. Aunque el daño físico fue limitado, el impacto psicológico fue devastador: la tripulación del Guerrero, en pánico, abandonó el combate. Así se concretó el primer ataque aéreo exitoso sobre una embarcación militar en el mundo.
Con información de Gobierno de México y México Desconocido