Científicos sinaloenses trabajan en la transformación de residuos de cerveza en alimentos y electricidad a partir del bagazo de cebada con el que se realiza la cerveza.
Ricardo Amador/NORO
Un grupo de investigadores sinaloenses está revolucionando la forma en que se reutilizan los residuos orgánicos de una de la industria cervecera.
Liderados por Eli Terán Cabanillas y Miguel Betancourt Lozano, estos científicos encontraron una manera de convertir el bagazo de cebada, subproducto de la producción cervecera, en harina nutritiva y biocombustible.

Este esfuerzo forma parte de un modelo de economía circular que busca reducir el desperdicio y dar valor a materiales que antes se consideraban desechos.
La industria cervecera en México genera entre 1 y 1.5 millones de toneladas de residuos anualmente. Tradicionalmente, estos restos son desechados sin mayor aprovechamiento, contribuyendo a la contaminación del suelo y el agua.
Sin embargo, los investigadores sinaloenses identificaron una oportunidad para transformar estos residuos en productos con beneficios nutricionales y energéticos.
Harina rica en fibra: un superalimento potencial
El Dr. Eli Terán Cabanillas, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, encabeza un proyecto que busca incorporar el afrecho de cebada en la alimentación humana.
A través de un proceso de refinamiento, el equipo ha logrado producir una harina con alto contenido de fibra y proteínas, que puede utilizarse para la elaboración de tortillas, pan y otros productos de consumo diario.

Este superalimento podría tener un impacto positivo en la salud pública, ya que su consumo podría favorecer la microbiota intestinal gracias a su efecto prebiótico. Además, la harina fortificada con afrecho podría ayudar a controlar los niveles de glucosa en la sangre, beneficiando a personas con diabetes o en riesgo de padecerla.
“Lo que se quiere es encontrar alternativas sustentables para un Residuo Cero, que haya una economía circular para que todo subproducto de un producto principal pueda ser utilizado para otros procesos y se aprovechen de alguna manera”, explicó Terán Cabanillas al Centro de Ciencias de Sinaloa.
Energía limpia a partir del bagazo de cerveza
El Dr. Miguel Betancourt Lozano trabaja en una línea de investigación complementaria que busca aprovechar los residuos de cebada para la generación de energía.

Mediante la digestión anaeróbica, los residuos orgánicos pueden transformarse en biogás, que posteriormente se convierte en electricidad o gas vehicular. Esta tecnología no solo ofrece una alternativa sustentable para la industria energética, sino que también contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Con este modelo, se podría evitar la liberación de metano en el ambiente, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.
Un modelo sustentable para la industria
El trabajo de estos científicos sinaloenses representa un gran avance en la implementación de estrategias de economía circular en México. Al transformar residuos en productos con alto valor agregado, no solo se reduce el impacto ambiental de la industria cervecera, sino que también se generan nuevas oportunidades económicas y de salud pública.

El modelo propuesto por Terán Cabanillas y Betancourt Lozano podría replicarse en otras industrias que generan grandes cantidades de desechos orgánicos.
Con estos desarrollos, Sinaloa se posiciona como un referente en la investigación y aplicación de tecnologías sustentables, demostrando que es posible convertir los desechos en oportunidades para un futuro más sostenible.
La industria cervecera genera una gran cantidad de bagazo de cebada, ya que por cada tonelada de cebada malteada, entre 300 y 400 kg se convierten en residuo. Se estima que alrededor del 30-40% de la cebada utilizada en la producción de cerveza termina como subproducto, lo que equivale a millones de toneladas de bagazo anualmente.

Su aprovechamiento cobró relevancia en la búsqueda de soluciones sustentables y circulares dentro de la industria.
¿Qué otra industria crees que podría implementar un plan como este?
Fuentes: Centro de Ciencias de Sinaloa, EnfocaTV, Noroeste