El mirador de Álamos, Sonora, se ha convertido en una de las tradiciones románticas más populares que realizan las parejas que visitan al pueblo mágico.
Nancy Valenzuela / NORO
El mirador del pueblo mágico de Álamos, Sonora, se ha convertido en un lugar especial para las parejas que vistan este lugar, ya que se ha vuelto una tradición que sellen su amor en un candado grabado y lo dejen en la estructura de este reconocido atractivo turístico.
Los “candados del amor” en el mirador de este famoso municipio encapsula el romanticismo y la magia que envuelve a los enamorados que visitan esta región de Sonora.

Candados en el mirador de Álamos, un símbolo eterno entre enamorados
Este atractivo turístico es el punto de reunión entre parejas de turistas, y locales, que visitan este pueblo mágico de Sonora, especialmente durante el mes de febrero, ya que hay quienes realizan viajes especiales por motivo del 14 de febrero y del Festival Alfonso Ortiz Tirado.
De acuerdo con la historia que se cuenta en Álamos, la tradición de colocar un candado con tu pareja en el mirador inició cuando un par de enamorados, al no poder expresar su amor abiertamente, decidieron grabar sus sentimientos en un candado y dejarlo en el barandal del mirador, lo que inspiró a otras personas a hacer lo mismo y que se ha vuelto una tradición con el paso del tiempo.
A través de los años, parejas provenientes de otros municipios de Sonora y entidades de México, así como otros países del mundo, han visitado este punto turístico para pactar su amor eterno.
¿Cómo llegar al mirador de Álamos, Sonora?
Si entre tus planes está disfrutar de una increíble vista de Álamos, debes visitar el mirador, el cual se localiza en la punta del cerro El Perico, el cual ofrece una vista panorámica del Pueblo Mágico.
Para llegar al mirador, se puede acceder caminando, o en automóvil, a través de senderos rodeados de naturaleza, ideal para quienes buscan vivir una experiencia de aventura.

¿De dónde nace la tradición de los “Candados del Amor”?
La costumbre de colocar candados en barandales como símbolo de amor eterno tiene sus orígenes en Europa, pero ha encontrado un lugar especial en Álamos. Desde hace más de cinco años, este mirador ha sido testigo de cómo parejas sellan sus sentimientos dejando candados grabados con sus nombres y mensajes de amor. Este gesto simboliza un compromiso y una promesa que trasciende el tiempo.

Cada candado cuenta una historia única. Desde jóvenes enamorados hasta parejas que celebran aniversarios, muchos encuentran en este acto una forma de perpetuar sus emociones. Las inscripciones grabadas incluyen nombres, fechas y frases que reflejan la diversidad y riqueza emocional de quienes visitan este rincón de Sonora.
Con información de Diario del Yaqui y Expreso