El Día de Muertos en la tribu Yaqui se lleva a cabo entre ceremonias y el montaje del tradicional tapanco.
Nancy Valenzuela / NORO
La celebración del Día de Muertos en México es una tradición profundamente arraigada, y cada comunidad indígena aporta sus propias costumbres. En el caso de la tribu yaqui, originaria del estado de Sonora, la festividad destaca por su conexión espiritual, reflejada en el uso de altares, rituales de purificación, y el significativo tapanco.
El grupo indígena busca conectar con sus ancestros a través de ceremonias y rituales que inician desde el primer lunes de octubre y culminan el 2 de noviembre. Esta festividad, como en muchas otras culturas indígenas de México, se convierte en una celebración llena de olores, sabores y el recuerdo de quienes han partido.

Los Yaquis comienzan a honrar a sus muertos desde las ceremonias de octubre
A diferencia de otras celebraciones de Día de Muertos, los yaquis comienzan con la ceremonia de Tolosanto a principios de octubre. Cada lunes de este mes, la comunidad realiza una procesión que inicia en la iglesia del pueblo y sigue un recorrido por el conti (plaza ceremonial yaqui).
A medida que avanza la procesión, los participantes cantan y rezan, y, al caer el sol, las oraciones se apagan en señal de respeto y despedida a sus difuntos. Esta ceremonia se repite cada semana hasta llegar al 2 de noviembre, cuando el evento alcanza su punto culminante.
Día de Muertos: Tapanco, una ofrenda tradicional de la tribu Yaqui
El 1 de noviembre, las mujeres yaquis se encargan de armar el altar en el templo principal. Un elemento fundamental en este altar es el tapanco, una estructura elevada que simboliza la elevación espiritual de los difuntos.
Este altar se construye tradicionalmente con madera y se decora con flores, veladoras y ofrendas. Al colocarlo en una posición elevada, los yaquis creen que facilitan el acceso de las almas a la ofrenda, permitiendo que los espíritus se acerquen y reciban los alimentos y objetos dispuestos por la familia.

El tapanco se reviste con elementos naturales, y en él se colocan comidas tradicionales como tamales, pinole y calabaza, además de agua y frutas locales. La altura del tapanco también simboliza el respeto hacia los seres queridos fallecidos, a quienes se les sigue considerando parte esencial de la comunidad.
La tribu Yaqui recuerda a sus difuntos con una ceremonia el 2 de noviembre
El 2 de noviembre, el altar en la nave principal de la iglesia se completa con una calavera en un altarcito negro, rodeada de dos candelabros de madera y un recipiente con agua bendita. Durante esta ceremonia, las mujeres continúan confeccionando coronas de flores, utilizando flores de campo o papel crepé, como símbolo de respeto y cariño hacia las almas. Los hombres yaquis, por su parte, asisten a la misa con pañuelos amarrados al cuello, en señal de devoción y respeto.

Para los yaquis, es importante que las almas sientan la presencia de los vivos a través de los alimentos preparados con esmero. Después de las oraciones, los asistentes confían en que las ánimas ya han degustado los alimentos del altar y del tapanco, por lo que proceden a compartirlos entre los presentes, un acto que simboliza la unidad y el lazo familiar que une a los yaquis con sus antepasados.
Con información de Diario del Yaqui e Info Cajeme