La Salinita es una playa escondida en Guaymas, Sonora, famosa por su suelo blanco de sal que parece nieve. Sus aguas cristalinas y su ambiente tranquilo la convierten en un refugio ideal para relajarse.
Ricardo Amador/NORO
En la costa de Guaymas, se encuentra la Playa La Salinita, un destino poco conocido, pero que sorprende por el paisaje poco usual de esta zona, donde el mar y el desierto convergen en armonía perfecta.

Su atmósfera tranquila la convierte en un refugio ideal para quienes buscan desconectarse de la rutina y sumergirse en un entorno natural.
El acceso a La Salinita no es inmediato, pues requiere una caminata de entre 20 y 40 minutos por un sendero que atraviesa este árido paisaje. Sin embargo, la recompensa al final del trayecto bien vale el esfuerzo: una playa serena con aguas cristalinas y un suelo que parece cubierto de nieve, pero que en realidad está formado por una gruesa capa de sal natural del Mar de Cortés.
La Salinita tiene un paisaje que parece sacado de otro mundo
Uno de los aspectos más llamativos de La Salinita es su suelo blanco, que a primera vista podría confundirse con una capa de nieve o hielo. Este fenómeno ocurre debido a la evaporación de cuerpos de agua en climas áridos, lo que deja depósitos de sal en la superficie.
En Sonora, este tipo de formaciones no son inusuales, pero pocas ofrecen un espectáculo visual tan cerca de la capital sonorense.

El contraste entre la salina blanca y el azul del mar crea una vista surrealista que captura la atención de viajeros y creadores de contenido en redes sociales, que ven en espacio el lugar perfecto para tomar algunas fotos y videos.
Alelhy Vlog, una creadora de contenido dedicada a la exploración de destinos poco convencionales, compartió su experiencia en La Salinita, mostrando la belleza del lugar y resaltando la importancia de preservar su estado natural.
Un santuario para el descanso y la contemplación
La Salinita no es solo un sitio con una vista extraordinaria; también es un destino perfecto para el descanso y la relajación. Sus aguas son cálidas y poco profundas, lo que permite nadar sin preocuparse por fuertes corrientes o mareas. El oleaje es suave, lo que convierte a esta playa en un sitio ideal para quienes buscan un espacio de tranquilidad sin grandes multitudes.

Una de las vistas más mágicos que ofrece La Salinita es a la hora del atardecer. A medida que el sol desciende, el cielo se pinta de tonos dorados y rojizos que se reflejan en la superficie salina, creando una estampa inolvidable.
Es una escena perfecta para fotógrafos, parejas o simplemente viajeros que desean contemplar la naturaleza en su máxima expresión.
Consejos para visitar La Salinita
Para quienes deseen descubrir este rincón escondido de Sonora, es importante tomar en cuenta algunas recomendaciones. Primero, es fundamental llevar calzado cómodo para la caminata de acceso, así como suficiente agua y protección solar, ya que la exposición al sol en la región puede ser intensa.
Además, es importante respetar el entorno natural. Los visitantes deben evitar dejar basura, no escribir en la sal ni alterar el paisaje de ninguna manera. La belleza de La Salinita radica en su estado prístino, por lo que su conservación depende de la responsabilidad de quienes la visitan.

Ubicada a menos de dos horas de Hermosillo y a solo minutos de Guaymas, La Salinita es un destino imperdible para los amantes de la naturaleza y los paisajes fuera de lo común.
Si buscas un lugar diferente para explorar en Sonora, este rincón de sal y mar promete una experiencia única e inolvidable.
¿Te animarías a darte una vuelta por La Salinita?
Fuentes: Meganoticias, El Sol de Hermosillo