La tribu yaqui honra a Bobok por lograr provocar la lluvia y salvar la sequía en sus ocho pueblos en Sonora.
Nancy Valenzuela / NORO
Hace muchos años, el pueblo yaqui enfrentó una de las sequías más devastadoras de su historia. El sol secó los pozos, la tierra se agrietó y las piedras se convirtieron en polvo.
Los ocho pueblos yaquis sufrían de sed y enfermedades, viendo cómo la falta de agua amenazaba su supervivencia. Ante la desesperación, los jefes tribales decidieron acudir a Yuku, el dios de la lluvia, para implorar su ayuda.

Yuku prometió enviarle lluvia a la tribu yaqui pero nunca llegó
Los sabios de la tribu enviaron primero a un gorrión para llevar su petición. Con gran esfuerzo, el ave alcanzó el reino celestial y le transmitió el mensaje a Yuku. El dios accedió y prometió enviar la lluvia. Sin embargo, antes de que el gorrión pudiera regresar, un tornado lo atrapó y la lluvia nunca llegó al territorio yaqui.
Ante la ausencia del gorrión, los líderes enviaron a una valiente golondrina. Como antes, Yuku prometió la lluvia, pero un rayo fulminante impidió que la golondrina cumpliera su misión. La sequía continuó y la tribu cayó en desesperación.

Sapo Bobok, el héroe de la tribu yaqui ante la sequía
Los sabios yaquis recurrieron entonces a Bobok, un sapo que vivía en la laguna Bahkwam. Bobok, consciente de la gravedad de la situación, aceptó la misión, pero antes de partir, pidió ayuda a un chamán, quien le prestó unas alas de murciélago. Así, con un plan astuto en mente, Bobok voló hacia el cielo en busca de Yuku.
Al llegar ante el dios de la lluvia, Bobok rogó por agua para su pueblo. Yuku, conmovido por su valentía, repitió su promesa de enviar la lluvia. Pero esta vez, Bobok no se marchó rápidamente. Se escondió y esperó.
Cuando el cielo se cubrió de nubes y comenzaron a caer los primeros relámpagos, el sapo entonó su canto: “¡Kowak, kowak, kowak!”. En ese instante, la lluvia comenzó a caer sobre el territorio yaqui.

Para asegurarse de que la sequía terminara por completo, Bobok repitió su canto y la lluvia continuó cayendo en abundancia. Los pozos se llenaron, la tierra recuperó su fertilidad y el pueblo yaqui celebró su salvación. Bobok, habiendo cumplido su cometido, devolvió las alas al chamán y regresó a Bahkwam.
Hasta hoy en día, la tribu yaqui honra al sapo Bobok
Desde aquel día, los yaquis honran a Bobok por su valentía, y su leyenda se ha convertido en una de las historias más emblemáticas de la tribu, ya que recuerda la importancia del agua en la vida de sus ocho pueblos.
En la actualidad, Sonora sigue siendo una región con climas extremos y escasez de agua, lo que ha provocado una sequía severa que se extenderá, según estimaciones de expertos, lo que resta del 2025.
Con información de Diario del Yaqui y Gobierno de México