El teatro donde se paró por última vez Ángela Peralta es un ícono cultural de Mazatlán y este 2022 cumplió 30 años de operar de forma continua
Si piensas en Mazatlán y lo primero que te viene a la mente son las playas, los camarones y el entretenimiento nocturno, todavía no conoces del todo el puerto sinaloense. Aunque sí hay mucho de eso, el municipio también cuenta con un gran número de expresiones artísticas y culturales. Una de ellas es un ícono de la arquitectura y Patrimonio Histórico de la Nación, se trata del Teatro Ángela Peralta.
Este recinto histórico está ubicado en la calle Carnaval y Constitución, justo en el corazón del centro histórico de la ciudad, a un lado de la Plazuela Machado. Desde su inauguración el 15 de febrero de 1874, el Teatro Ángela Peralta ha sobrevivido al tiempo, la Revolución mexicana, el azote de fenómenos naturales y al abandono durante décadas.
La construcción empezó en 1869 bajo la iniciativa del empresario Manuel Rubio, quien presentó una solicitud al ayuntamiento con la intención de construir un teatro que cumpliera con las exigencias sociales de la época. Ese mismo año la obra empezó bajo la dirección del ingeniero Andrés Librado Tapia. El gobierno de Mazatlán en ese entonces acordó condonar a Rubio el pago de impuestos durante 20 años a partir de la conclusión de la construcción.
Sin embargo, el empresario no alcanzó a ver el teatro a la italiana que había proyectado para Mazatlán, pues falleció en 1870 de forma trágica en un naufragio cuando viajaba rumbo a Europa para buscar materiales y decorados para el teatro. Entonces su viuda, doña Vicenta Unzueta, continuó la construcción hasta su inauguración en 1874, pero esta no estaba del todo terminada y por ese motivo el gobierno municipal se negó a cumplir el trato de la exención de impuestos.
El teatro que se inauguró con el nombre de Rubio estuvo administrado por Unzueta un tiempo. La viuda había invertido cerca de 70 mil pesos en un periodo de cinco años. Sin embargo, la tarea de doña Vicenta se tornó imposible ante el incumplimiento del gobierno, quien además había declarado que su mansión, que estaba a lado de la sala, había dejado de ser casa habitación de la familia Rubio para convertirse en el Hotel Iturbide, hoy Centro Municipal de las Artes de Mazatlán.
Las tragedias y el resurgimiento del Teatro Ángela Peralta
Doña Vicenta, ahogada por las deudas, se vio en la obligación de vender tanto el teatro como lo que fue su hogar junto al recinto. De esta forma, el Teatro Manuel Rubio fue adquirido por Juan Bautista Hernández el 9 de marzo de 1880. El socio de la firma española Hernández Mendía y Asociados pagó la cantidad de 27 mil pesos.
La firma no tardó en retomar el acuerdo con el gobierno municipal, y en vez de pagar los 43 mil pesos que se debían por impuestos, los nuevos dueños del teatro solo pagaron 10 mil. Después de esto, la compañía comenzó los detalles para concluir la obra, que se inauguró en una segunda ocasión el 6 de febrero de 1881.
Tras la segunda inauguración, el teatro vivió una época de esplendor. Pero todo cambió con la llegada de Ángela Peralta al puerto en 1883. La soprano y compositora mexicana conocida como “El ruiseñor mexicano” ya era aclamada en todo el mundo por su capacidad vocal sin igual, ganándose la fama en Italia y siendo nombrada por el emperador Maximiliano I como la “cantante de cámara del imperio”, poco antes de la caída del mismo. Su fama le dio un recibimiento con todos los honores en Mazatlán.
Ángela Peralta se instaló en lo que era el Hotel Iturbide junto al teatro, en la habitación número 10. Sin embargo, la llegada del “Ruiseñor” no trajo cantos, sino la epidemia de fiebre amarilla. La soprano ensayó para la presentación de la obra “Aída”, con la que debería haber realizado su debut en el teatro. Pero ese día no llegó, pues falleció el 30 de agosto de 1883, este suceso dejó una marca imborrable en el recinto que lleva su nombre desde 1943.
A pesar de la fiebre, el Teatro Ángela Peralta siguió hasta los albores de la Revolución en 1910, pero con los años sucumbió ante el abandono y destrucción, misma que se agudizó cuando en 1975 el ciclón Olivia azotó la región. Años más tarde el teatro comenzó un proceso de restauración, que duró des 1987 a 1992, esto gracias al esfuerzo de gobiernos de distintos niveles y a Antonio Hass Espinosa de los Monteros, incesante promotor de la cultural, a quien se le reconoce sus esfuerzos con un busto ubicado en el vestíbulo.
Desde hace 30 años, el Teatro Ángela Peralta ha operado de forma continua y se le han realizado distintas remodelaciones para convertirlo en uno de los recintos artísticos más importantes del país. En el escenario se han presentado artistas de todo el mundo con óperas, zarzuelas y dramas. Además, se han realizado actos cívicos, certámenes de belleza e incluso funciones de circo, box y lucha libre.
¿Habías escuchado de este ícono histórico del noroeste?
Fuente: Gobierno de Mazatlán, CITRU, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
