El cambio climático también es un factor para prevenir el uso de las uvas misioneras, pues recordemos que en la región del Valle de Guadalupe se produce el 70 % del vino de todo México
Baja California es un estado vitivinícola por excelencia, cuya producción abastece a todo México y a gran parte del mundo, por lo que buscar alternativas para su producción a futuro es una necesidad, y las uvas misioneras parecen ser la respuesta.
Las uvas misioneras son conocidas así porque fueron traídas desde España por misioneros al norte de América hace más de cinco siglos y cuentan con una resistencia única, muestra de ello es que persisten.

Es por eso que para muchos expertos y para quienes se dedican a la producción vitivinícola el uso de las uvas misioneras son la solución para mantener la productividad a futuro, porque no solamente tienen una gran resistencia, también mucha adaptabilidad.
Muestra de ello es que sobreviven a altas temperaturas y pueden resistir sequías y su sabor no se delimita a la temperatura, con resultados perfectos para la producción vitivinícola.
Y es que desde hace 20 años, en Baja California hay una gran preocupación por sequías y calor extremo que en oleada se ha sentido desde gran parte colindante de Estados Unidos.

Por esta razón los productores de vino ven en las uvas misioneras no solo una alternativa, sino una necesidad para que en un futuro puedan mudar en sus bebidas.
No obstante, el cambio climático también es un factor para prevenir el uso de las uvas misioneras, pues recordemos que solo en la región del Valle de Guadalupe se produce el 70 % del vino de todo México.
Misión Quesada y las uvas misioneras

Actualmente, en Baja California se encuentran las uvas de misión Quesada, comandado por Aldo Quesada, y es una de las muestras de las primeras uvas que llegaron a México hace cinco siglos.
Cuentan con 25 cepas en las uvas de misión Quesada con la intención de plantar cientos más con el objetivo de seguir generando vino y alternativas naturales.
Fuente: National Geographic/Cata de Vino/Vivancoculturadevino