La compañía farmacéutica AstraZeneca ha decidido retirar su vacuna contra el coronavirus de los estantes en todo el mundo, después de que la semana pasada reconocieran, por primera vez, la posibilidad de efectos secundarios inusuales.
Una de las vacunas pioneras en la lucha contra el COVID-19, y quizás la más controvertida, ha cesado oficialmente su distribución en Europa y pronto seguirá el mismo camino en todo el mundo. Vaxzevria, la vacuna de AstraZeneca, ahora es parte del pasado.
Esta noticia llega justo después de que la farmacéutica anglo-sueca volviera a ocupar los titulares, al haberse revelado a través de The Telegraph que la compañía reconoció en febrero, en un documento judicial presentado ante el Tribunal Superior de Reino Unido, que su vacuna contra el COVID-19 podría desencadenar casos muy raros de trombosis. Esta declaración fue presentada en el contexto de una demanda colectiva que involucra a 51 pacientes y familiares por efectos secundarios graves, solicitando indemnizaciones por un total de 100 millones de libras esterlinas. Sin embargo, la farmacéutica afirmó que no se debía a esto su retirada del mercado.
La vacuna ya no está en uso en la Unión Europea después de que la compañía retirara voluntariamente la autorización para su comercialización, como mencionó el informe del medio británico. La solicitud de retirada fue presentada el 5 de marzo y entró en vigor el 7 de mayo, y se informó que en los meses venideros se presentarían solicitudes similares en el Reino Unido y otros países que habían autorizado la vacuna, conocida como Vaxzevria.
AstraZeneca justifica esta retirada debido a la falta de demanda y al excedente de vacunas disponibles en el mercado en este momento. “Con la aparición de múltiples vacunas actualizadas para las variantes de Covid-19, ahora hay un excedente de vacunas disponibles. Esto ha resultado en una disminución en la demanda de Vaxzevria, que ya no se produce ni se suministra”, declaró la empresa en un comunicado reciente.
Después de cuatro años desde su lanzamiento, AstraZeneca finalmente ha confirmado que su vacuna contra el Covid-19, Vaxzevria, puede tener efectos secundarios. La compañía enfrenta múltiples demandas colectivas que alegan que esta vacuna, desarrollada en la Universidad de Oxford, ha causado lesiones graves e incluso la muerte de varias personas.
En un documento presentado ante el Tribunal Superior en febrero, la farmacéutica afirmó que su vacuna contra el coronavirus puede, en casos muy raros, provocar el Síndrome de Trombosis con Trombocitopenia (TTS). Este síndrome conlleva la formación de coágulos sanguíneos y una disminución del recuento de plaquetas en la sangre.
“Se reconoce que la vacuna de AstraZeneca puede, en casos muy raros, desencadenar el TTS. El mecanismo causal aún es desconocido. Además, el TTS también puede ocurrir sin la administración de la vacuna de AstraZeneca (o cualquier otra vacuna). La causalidad en cada caso individual deberá ser determinada mediante pruebas periciales“, detallaron en el documento presentado ante el Tribunal Superior. Es importante destacar que los científicos identificaron por primera vez esta asociación entre la vacuna y los efectos adversos en marzo de 2021, poco después de que comenzara su distribución para combatir el virus.
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