Las ciudades del atardecer, el legado negativo en la historia del racismo de Estados Unidos

Las ciudades del atardecer en Estados Unidos fueron lugares que excluían a personas de color, mexicanos e indigenas mediante leyes y violencia, obligándolos a dejar estas ciudades antes de que anocheciera.

En la historia de Estados Unidos, las ciudades del atardecer, o “sundown towns”, representan un capítulo oscuro y poco conocido. Estas localidades surgieron principalmente en la región norte del país entre 1890 y 1940, y aunque su proliferación disminuyó con el tiempo, algunas persistieron hasta bien entrados los años 60.

El término “ciudades del atardecer” se refiere a los lugares que, mediante métodos formales e informales, excluían a residentes negros, indígenas y mexicanos. En muchos casos, estos trabajadores que representaban una minoría eran admitidos durante el día, pero se les prohibía permanecer en la ciudad al anochecer, bajo amenaza de violencia o arresto.

La Gran Migración Afroamericana, un movimiento masivo de afroamericanos desde el sur hacia el norte del país, exacerbó esta práctica discriminatoria. Ciudades que antes se consideraban progresistas comenzaron a adoptar políticas que excluían a personas de color para mantener su composición demográfica blanca.

Esta segregación no solo afectaba a los afroamericanos, sino también a asiáticos, mexicanos, judíos y nativos americanos, entre otros.

Métodos de exclusión y violencia

Los métodos utilizados para imponer estas restricciones raciales variaban. En su forma más evidente, se colocaban letreros en los límites de las ciudades con mensajes explícitos como “No dejes que te caiga el sol aquí” dirigidos a las minorías.

Un ejemplo es el letrero en Alix, Arkansas, en la década de 1930, que decía: “N-r, no dejes que el sol se ponga sobre ti en Alix”. En otros casos, las ciudades utilizaban postales y propaganda para disuadir a las personas de color de establecerse allí, como en Edmond, Oklahoma, que se promocionaba como “un buen lugar para vivir… sin negros”.

Además de los letreros y la propaganda, la violencia era un medio común de exclusión. Las minorías enfrentaban hostigamiento, amenazas, arrestos y, en muchos casos, linchamientos.

El linchamiento de dos adolescentes afroamericanos en Marion, Indiana, en 1930, llevó a la expulsión de 200 residentes negros del pueblo. Este tipo de violencia sistémica convirtió a las ciudades del atardecer en lugares peligrosos para cualquier persona que no fuera considerada “blanca”.

Ruta 66 y las ciudades del atardecer cerca de la frontera

La construcción de la Ruta 66, que conectaba Chicago con Los Ángeles, puso de manifiesto la realidad de las ciudades del atardecer. Esta carretera, símbolo de libertad y progreso para la población blanca, atravesaba numerosos pueblos que practicaban la exclusión racial.

Viajar por la Ruta 66 era particularmente peligroso para los afroamericanos, que podían enfrentarse a agresiones o arrestos si eran encontrados en estos pueblos después del anochecer.

En respuesta a esta situación, Victor H. Green, un empleado de correos afroamericano, compiló “El libro verde del automovilista negro”, una guía de alojamientos y servicios seguros para los viajeros negros.

Esta guía se publicó entre 1936 y 1966 y se convirtió en una herramienta vital para evitar la discriminación y violencia que podían enfrentar en su viaje.

El legado persistentes y las disculpas por el infame episodio en la historia

Aunque muchas de estas ciudades han intentado enmendar su pasado, el legado de las ciudades del atardecer sigue presente. En septiembre de 2023, Glendale, California, aprobó una resolución disculpándose oficialmente por su pasado racista.

 Glendale, al igual que otras ciudades del sur de California como Pasadena, Burbank y Arcadia, fue conocida por su estricta exclusión racial, que incluía desde intimidación y violencia hasta la prohibición de enterrar a personas no blancas en el cementerio local.

El sociólogo James W. Loewen, autor del libro “Sundown Towns: A Hidden Dimension of American Racism”, ha documentado extensamente cómo estas prácticas de exclusión racial fueron sistemáticamente ocultadas.

Según Loewen, a pesar de los avances sociales, los efectos de la segregación siguen siendo evidentes en áreas como la educación, el empleo y la demografía de los barrios y vecindarios.

El movimiento Black Lives Matter y otras iniciativas continúan trabajando para destapar estas iniquidades históricas y abogar por la justicia racial. La historia de las ciudades del atardecer es un recordatorio de que la lucha contra el racismo es una tarea continua, y que reconocer y abordar el pasado es crucial para avanzar hacia una sociedad más equitativa.

¿Te imaginas tener que ocultarte al llegar la noche?

Fuentes: BBC, Telediario, El Comercio, Hispanic LA