Se conoce como gatos ferales a aquellos mininos que han vivido, desde su nacimiento, en un entorno callejero o silvestre. Esto significa que estos animales han carecido de contacto humano, al no vivir en un entorno doméstico. Incluso, los gatos ferales rehuyen de la interacción con personas, motivo que los convierte en candidatos poco idóneos para adopción. Más bien, al rescatar un gato callejero es posible que, en lugar de beneficiarle, se le cause sufrimiento.
Sin embargo, si te consideras amante de los animales y sufres al ver a los gatos callejeros arriesgando una de sus siete vidas, hay algunas cosas que puedes hacer para cuidarlos sin llegar a adoptarlos. En esta nota te damos algunas sugerencias.
Los gatos ferales o callejeros suelen ser producto de la reproducción de hembras que siempre han vivido de forma salvaje; o bien, de aquellas que sus mismos dueños dejaron libres. De esta forma nacen gatos ajenos al entorno doméstico.
Generalmente, estos mininos se guían por su instinto de supervivencia, llegando a cazar y comer las sobras de las calles. Además, son muy territoriales y solo se alejan del lugar que habitan para buscar alimento y reproducirse. Por tanto, al pasar a una vivienda, el gato puede sufrir estrés y reaccionar de forma violenta con la familia que lo adopte.
Estos gatos poseen características que los diferencian de uno doméstico. Por ejemplo, su vida es mucho más corta, al vivir alrededor de cuatro años, pues están expuestos a enfermedades, peleas y accidentes, así como al daño que pueda provocarles vivir en la intemperie.
Otra de las peculiaridades de los gatos ferales es que viven en zonas apartadas de asentamientos domésticos, como ruinas, fábricas y parques. Igualmente, al no vivir bajo el resguardo de algún dueño, las hembras gestan varias veces al año, llegando a crear grandes poblaciones de gatos callejeros, lo que puede ocasionar problemas de salud pública.
Si eres un animal lover que le gusta rescatar animales de la calle, estos “michis” pueden no ser aptos para domesticarse. Según el libro Return to field, de la Organizacion Animal Sheltering, adoptar un gato feral dependerá principalmente de su grado de salvajismo.
En el libro se señala que la facilidad de un gato para formar parte de un entorno humano disminuye con la edad, y después de las siete semanas de nacido es muy difícil para él socializar con humanos. Dicha sociabilidad también depende de si la madre tiene acercamiento con personas.
Cabe destacar que si tu deseo es ayudarlos, lo mejor que puedes hacer es alimentar a los felinos que estén cerca de tu casa. Asimismo, es necesario buscar esterilizaciones para evitar la proliferación de gatos callejeros.
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