Jack Johnson: Primer campeón peso completo negro que marcó una época en Sonora – Parte 2

Peleó aquí por última vez a 15 rounds, como si disputara un título mundial avalado por alguna comisión de EEUU, frente a 8 mil personas de México y Estados Unidos en la Plaza de Toros de Nogales. A Jack Johnson se le considera el atleta más relevante que actuó en tierra sonorense durante el Siglo XX.

El pleito de Nogales

Poseedor de un enorme carisma, precursor al estilo Muhammad Ali, Johnson gozaba ser el centro de la atención, hablar de más ante la prensa, retar a sus rivales frente a la cámara, autopromocionarse  y conectar con el público a nivel mundial, cuando el boxeo no llegaba a las masas a través de la televisión porque no había comunicación vía satélite.

Esa razón le valió para convertirse en un embajador internacional de la ‘ciencia dulce’ pugilística para proyectar su carrera en países como Francia, Australia, Cuba, Italia, Argentina, España y Canadá incluso después de perder el título en 1915 ante Willard en el round 26 de 45 pactados.

Con 70 peleas en su haber y marca de 54-6-8 (33 KO’s) muchos se preguntan qué fue lo que trajo a Johnson a Nogales. Su rival Pat Lester (22-5-3, 14 KO’s), de 24 años en ese entonces, no representaba una gran bolsa económica, y menos lo era pelear en Nogales.

Johnson cuando vivía en México pagaba anuncios en los principales diarios mexicanos invitando a la población afroamericana joven a adquirir propiedades en este país, como un mecanismo legal para escapar del racismo estructural que provocaba crímenes de odio.

El pleito se concretó en la frontera de Sonora para atraer a los soldados norteamericanos, entre ellos la Unidad Búfalo (que reverenciaba a su campeón negro), de Estados Unidos que se encontraban en bases militares de Arizona.

Dicha unidad fue creada en 1866, integrada por elementos afroestadounidenses que lucharon contra los nativos americanos indígenas, protegiendo además Nuevo México y Arizona de invasores mexicanos. 

El término “soldados búfalos” proviene de los cheyenne y los apaches, quienes adoptaron el mismo término al sentir que el cabello de los militares era similar al de un bisonte. Con el tiempo las personas de esta minoría que formaron legalmente el Ejército Negro fueron llamados “búfalo”, según el Museo de Historia del Sur de Arizona.

Fue hasta 1948 cuando el presidente Harry Truman firmó una orden ejecutiva para desmantelar esta unidad.

Pero regresando al contexto de la pelea, otra respuesta a la pregunta es que Jack Johnson siempre fue una persona competitiva que tomaba cada reto, por pequeño que fuera, en función de hacer negocios más grandes en el mediano plazo, pero tenía que apresurarse ante el cercano fin de su carrera.

Una victoria ante Lester le daba el derecho para proclamar desde México y ante el Ejército de Estados Unidos que estaba de regreso y merecía una oportunidad ante el campeón reinante de peso completo Jack Dempsey o el rentable contendiente argentino Luis Ángel Firpo.

Para los promotores, Dan Cole y Spider Kelly, era más barato hacer el combate ahí e impregnarle un sentido patriótico con una trama racial al estilo ‘The New White Hope’ desde la frontera mexicana derrotando a un blanco en plenitud, bien entrenado y musculoso, que le sacaba a Johnson 10 centímetros de altura y mayor alcance con ambos brazos.

La ‘Nueva Esperanza Blanca’ fue un término racista que la prensa comercial estadounidense de la era acuñó cuando Johnson se convirtió en el primer campeón negro rompió el linaje de seis monarcas blancos consecutivos que inició John L. Sullivan en 1882.

El ángulo ‘esperanzador’ representaba crear la narrativa ante el público de que un blanco pronto acabaría con el reinado de Jack Johnson, como si éste fuese espurio sólo por el color de su piel.

Tal fue la dimensión disruptiva del hito protagonizado por Jack Johnson en el deporte, que tras perder su título en 1915 en la Habana, Cuba, frente a Jess Willard pasaron 20 años para que otro afroamericano ganase la máxima corona del boxeo: Joe Louis.

Por su parte, Lester, originario de Tucson, Arizona, tenía la mitad de edad que Jack Johnson y gozaba de buena reputación en California, lo cual sirvió para aderezar el combate. La agencia noticiosa UPS nombró a Lester como “el mejor peso completo en todo el oeste” de los Estados Unidos, una afirmación creíble ya que estaba bien clasificado como contendiente por diversos organismos e hizo el espectáculo aún más intrigante para las 8 mil personas que abarrotaron la sede mexicana.

Ejemplar del programa oficial de la pelea, de doce páginas, algo desgastado.
Crédito: Heritage Auctions

A 15 rounds

A la fecha no existen filmes de la pelea, sólo algunas fotos y cables noticiosos escuetos de agencias, así como publicaciones en diarios regionales que reportaron el resultado. 

Una de las mejores crónicas del pleito aparece en la obra Unforgivable Blackness: The Rise and Fall of Jack Johnson, de Geoffrey C. Ward, publicado en el año 2010:

“Por una tarde en la plaza de toros en Nogales, México, en mayo de 1926 parecía que de alguna manera Johnson podría revivir su carrera. Su oponente era Lester, una ‘Esperanza Blanca’ que nunca había sido derribado y era originario de Arizona, con 24 años era representado junto a Johnson por Spider Kelly. Lester había ganado 17 peleas en San Francisco, California, sobre oponentes de poca monta con nombres como Truck Hannah, Bombo Chevalier y Frenchy “El Hombre de Carbón”’.

Según la crónica del diario The Afro American: “Lester estaba recargado sobre él, entonces se levantaría (y regresaría) todo lo que Lester le lanzó en forma fútil. Johnson fue golpeado sólo tres veces en toda la pelea, golpes en el cuerpo que lo lastimaron. Pero lejos de eso el viejo caballero tuvo un buen momento”.

Un boleto original de la pelea de Nogales, Sonora, entre Jack Johnson y Pat Lester. | Crédito: Heritage Auctions

El combate se fue hasta la ruta completa de 15 rounds, de acuerdo al periodista Tim Bearsdley, Johnson ganó cada uno de ellos. Después de que el referí levantó la mano, el excampeón le pidió al reportero en ringside de Universal Press asegurarse de que “estaba de regreso en el escenario” y ansioso por pelear con el rey de la división Dempsey “o cualquier otro peso completo”.

Sin embargo, tres semanas después Jack Johnson enfrentó a Bob “Bearcat de Alabama” Lawson en la Plaza de Toros de Ciudad Juárez, Chihuahua. En esa ocasión fue derribado en el séptimo round y rehusó salir para el octavo, alegando que había recibido una falta. 

El referí no estuvo de acuerdo y le dio la decisión a su joven rival por la vía del nocaut técnico, ahí terminó una racha de trece victorias consecutivas, su primera desde 1915 cuando perdió el cinturón en La Habana.

La pelea en Nogales fue el principio del fin para Johnson porque nunca más volvió a completar una pelea tan larga y después de caer ante Lawson hilvanó derrotas ante los desconocidos Battling Norfolk, Brad Simmons, Bearcat Wright y Bill Hartwell.

Johnson se retiró en forma penosa en 1931 noqueando en dos rounds a Brad Simmons en Wichita, Kansas. La revista The Ring reportó que el excampeón “hizo un par de pasos de vudú sobre Brad, quien entonces se cayó. Ambos hombres fueron suspendidos y nunca jamás se les permitió aparecer en un cuadrilátero”.

Johnson anunció su retiro al poco tiempo de este fiasco, ahí reflexionó sobre su carrera: “Mi vida, casi desde el principio, ha estado llena de tragedias y romances, fracasos y éxitos, pobreza y riqueza, miseria y felicidad”. 

De hecho, no solo desafió la segregación racial dentro de los Estados Unidos, sino que también vivió un estilo de vida que los blancos consideraban inadecuado para muchos afroamericanos, que incluía exhibir su riqueza y sus relaciones con mujeres blancas.

Nogales representó para Johnson su último momento de gloria y patriotismo, un hecho que queda ahí para el recuerdo en los anales de la historia, en lo que es un episodio desconocido en el contexto del pugilismo profesional realizado en México.

Si bien la parte final de la carrera de Johnson fue muy cuestionable, al menos su exhibición en Nogales fue decorosa y con vestigios de la jerarquía en el paralelogramo que “El Gigante de Galveston” impuso durante la parte más relevante de su carrera (1908-1915).

En 1990 fue inmortalizado en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo, en Canastota, Nueva York, a la fecha se le considera uno de los mejores pesos completos de todos los tiempos.

Su orgullosa negritud quedó plasmada en el noroeste mexicano.

Jesús Ibarra

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