Hemos disfrutado del chocolate desde hace más de tres mil quinientos años y su origen aún es desconocido para muchos. Se cuentan diversas leyendas y mitos sobre su procedencia. Es sinónimo de arte, historia y hoy en día es reconocido en la alta repostería y cocina.
Con el paso de los años, el cultivo del cacao y su consumo hicieron que el chocolate tomará relevancia social, religiosa, medicinal, política y económica. Su propagación, aceptación y difusión a lo largo del mundo ha sido tal, que es imposible que no haya llegado a todas las regiones del mundo. Se cree que nació de los desechos de la elaboración de otra bebida a base de cacao, hoy te contamos su historia y transformación a lo largo del tiempo.
La fascinante historia del chocolate comienza en América aproximadamente en el año 800 a.C. Los homínidos disfrutaban de la fruta dulce y cremosa que ofrecían las habas del cacao. Los árboles de cacao crecían en las selvas húmedas de Mesoamérica y servían de alimento para los primeros hombres.
El cacao de aquel entonces era el originario, puro y aromático, lo que hoy conocemos como “criollo o antiguo”.
Años más tarde, los indígenas de América Central utilizaron la pulpa de las vainas del cacao para producir cerveza, y se cree que accidentalmente fueron descubriendo el chocolate al aprender a utilizar los desechos del proceso. Dicha información fue obtenida de vestigios de cacaos que se encontraron en excavaciones realizadas en Puerto Escondido Honduras.
El chocolate de ahora se prepara con la fermentación de las semillas de cacao, pero para el año 1100 a.C. los productores de cerveza fermentaban las vainas del cacao para luego hacer su cerveza con la pulpa sin ellas, la bebida era fuerte, pero sin sabor alguno del chocolate moderno.
Sin embargo, 300 años después, comenzaron a utilizar las semillas fermentándolas para preparar una bebida no alcohólica (el chocolate) que utilizaban como brebaje. La servían en jarros en donde se espumaba y la ofrecían en celebraciones especiales como matrimonios y nacimientos.
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Los orígenes de las primeras plantaciones de cacao se remontan a la cultura Olmeca en México. Los olmecas fueron los primeros en emplear técnicas culinarias como la “nixtamalización del maíz”. Ellos también usaban el cacao para ofrecerlo a sus dioses, pero poco se sabe de la forma en que degustaban la bebida.
Los Olmecas de Tabasco fueron los primeros que dejaron registro de su consumo de cacao, después de ellos, los mayas de Tabasco, quienes expandieron el consumo de la semillas en todo el territorio Maya, Izapán y Azteca.
El pueblo maya también utilizaba el cacao como ofrenda a sus dioses. Existen textos importantes en donde puede verse ilustrado con el dios “Kon” acompañado del texto: “kakaw u hanal” que significa “el cacao es su alimento”.
El kakaw era servido como bebida caliente o engrudo, sin embargo, los mayas poseían una variedad de preparaciones como el “chacau hau” que era agua caliente con cacao y el “tzune” que era una bebida de cacao con maíz y semillas de zapote.
El imperio Azteca también la utilizaba como moneda. La cantidad de granos de cacao indicaba el valor, siguiendo el sistema vigesimal. Servía como pago de tributos durante la época prehispánica, así como medicinal. Pero, al igual que las otras culturas, tenía su lugar dentro de las bebidas populares, La bebida a base de cacao, era reservado para adultos de las clases elevadas, las élites y los guerreros.
¿Cómo nació el chocolate? Leyenda.
La leyenda cuenta que Quetzalcóatl les dio a los toltecas granos de cacao para que el pueblo estuviera bien alimentado. El dios de la serpiente emplumada robó el árbol de cacao del paraíso en donde vivían los dioses y lo plantó en Tula. Luego de plantarlo, le pidió al dios Tláloc que enviara la lluvia para que la planta pudiera crecer. Después fue a visitar a Xochiquétzal, diosa del amor y la belleza a quien le pidió que le diera flores hermosas. La planta floreció y con el tiempo comenzó a dar el fruto del cacao.
¿De dónde proviene la palabra chocolate?
La palabra chocolate es de origen náhuatl, derivado de “xocoatl” que se forma a partir de las raíces xoco que significa “amargo” y atl, que se traduce “agua”. Hoy en día conocemos como chocolate, al producto final del procesado del fruto del cacao.
El chocolate llegó a España por primera vez en forma de haba de cacao con Cristóbal Colón, pero al ser un producto sin procesar se le consideró de poco interés.
Su origen conocido está en la bebida de los dioses que Moctezuma (gobernante Azteca) ofreció a los españoles cuando llegaron a América. Hernán Cortés fue quien decidió llevarlo como bebida a Europa. Poco a poco la bebida fue extendiéndose por el mundo, de la mano de las órdenes religiosas quienes se encargaron del trabajo.
Aunque se cree que los españoles lo mantenían en secreto, en el siglo XVIII el chocolate llegó a Italia, volviéndose parte de su cocina, como ingrediente especial para postres.
A finales del siglo XVIII el chocolate ya se consumía en toda Europa y América, por lo que la revolución industrial hizo de las suyas. En 1765, en Dorchester Massachusetts apareció la primera fábrica de chocolate.
A medida que los años fueron transcurriendo, se descubrieron derivados como es el caso del polvo de cacao en Holanda y las tabletas de chocolate solidificado en Italia. Esta creación se le atribuye a Doret en Turín.
Los suizos por su parte, en 1875, crearon el chocolate con leche en tableta por primera vez utilizando el polvo de cacao de Nestlé. Quaker Milton Hershey era quien producía el chocolate en Norteamérica.
A principios del siglo XX, comienza la última etapa del cacao. Se crean infinidad de recetas y combinaciones y el consumo del chocolate se vuelve universal. Ahora cualquier persona puede consumirlo, especialmente los niños.
Se dice que estamos viviendo la segunda revolución del chocolate por la gran importancia que ha tomado su elaboración. Actualmente los chefs buscan granos de calidad, con técnicas de producción sostenible.
El sabor delicado de los granos puros de cacao criollo marca una nueva era en su consumo. La obsesión por eliminar aditivos y buscar la pureza del sabor está dando lugar a un chocolate único. Ha pasado de ser una golosina infantil a alimento de dioses, digno de los mejores paladares.
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