La capirotada, el típico postre de la cuaresma, esconde algunos secretos que vale la pena conocer para poder saborearlo mejor. Conoce estos datos para que la próxima vez que te lo ofrezcan puedas contar su historia.
La Semana Santa en México no solo significa vacaciones, cuaresma y reflexión religiosa, sino también la llegada triunfal de uno de los postres más queridos: la capirotada.
Este manjar típico, compuesto por capas de pan duro empapado en una mezcla de sabores dulces y especiados, ha conquistado los corazones y los paladares de muchos. ¿Pero cuánto sabes realmente sobre la este postre de cuaresma?
Chécate estos siete datos que seguro te harán apreciar más aún este dulce típico de la temporada, que ya se traduce a una tradición arraigada desde hace muchísimo tiempo.
La capirotada tiene raíces que se extienden en el tiempo y el espacio. Se encuentran evidencias de su existencia desde la Roma Antigua, donde se preparaba como un platillo salado.
Otros aseguran que sus orígenes se entrelazan con la gastronomía española, evolucionando de una versión salada a un festín dulce durante la época de la conquista.
En sus inicios era concebida como un platillo salado. Sin embargo, con la llegada de la conquista, experimentó una transformación notable para convertirse en el postre dulce que conocemos hoy en día.
Este cambio de sabores a lo largo de la historia resalta la versatilidad y la adaptabilidad de la capirotada en la mesa mexicana.
La historia de la capirotada tiene su origen en la noble virtud de no desperdiciar alimentos. Gracias a las sobras de pan duro, una persona ingeniosa decidió transformar lo que podría haber sido desechado en el ingrediente principal de este exquisito postre.
Así nació la tradición de aprovechar el pan de días anteriores para crear la capirotada que todos conocemos y amamos hoy.
El término “capirotada” encuentra su origen en la palabra “capirote”, que hace referencia a un sombrero alto y puntiagudo utilizado por los sacerdotes en las procesiones de Semana Santa.
Este curioso nombre añade un toque de espiritualidad y tradición religiosa al postre, conectándolo directamente con la solemnidad de la temporada.
La capirotada no solo es un placer para el paladar, sino también un símbolo cargado de significado religioso.
Cada ingrediente utilizado en su preparación tiene una conexión simbólica: el pan viejo representa el cuerpo de Cristo, la miel de piloncillo simboliza su sangre, la canela evoca la madera de la cruz, y el queso representa la manta blanca que cubrió su sepultura.
La plataforma que hace un ranking de comidas, platillos y restaurantes de todo el mundo, Taste Atlas, calificó a la capirotada dentro de los peores postres de cuaresma en México. Los votos de la gente posicionaron el postre en el número 4, solo por detrás del Chongo Zamorano, la Ensalada de Nopales y los Charales.
En Durango existe una alternativa más fresca de este postre, el helado de capirotada, que reune a los elementos característicos de la capirotada tradicional.
Este singular giro en la repostería ha conquistado el paladar de quienes buscan nuevas experiencias sensoriales, fusionando la tradición con la innovación gastronómica.
¿Dónde has probado la mejor capirotada?
Fuents: ABC Noticia, Kiwi Limón, Gastrolab, Proyecto Puente, El Sol de Durango
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