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Capítulo 4

Puentes y barreras. La odisea en Sonora

Hasta 1899, la comunidad china en Sonora no era numerosa. Fue a inicios del siglo XX cuando la presencia de los chinos se volvió habitual en los municipios más importantes, gracias al Tratado de Amistad y Comercio entre México y China. Este tratado concedía libertad para migrar al otro país y, una vez en él, para viajar y hacer negocios en todo su territorio. Legalmente, fue un incentivo para la inmigración china a México a partir de 1900.

Según los descendientes de aquellos chinos que se integraron y se quedaron a vivir en tierra sonorense, sus abuelos o padres encontraron no solo un nuevo hogar, sino también una nueva patria y un buen lugar para formar una familia.

El aprendizaje del español fue crucial para la integración de los chinos en la sociedad sonorense.

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La interacción entre los chinos y los sonorenses era cordial, y la convivencia diaria consolidó un arraigo del inmigrante por quedarse en Sonora, a tal grado que la mayoría no regresó a su país de origen.

El idioma fue uno de los principales retos para los inmigrantes. ¿Cómo podrían adaptarse a una nueva cultura sin poder expresarse verbalmente? No hubieran aprendido español de no ser por mexicanos dispuestos a ayudarlos, lo cual podría considerarse como evidencia de que los chinos habían logrado cierta aceptación social y cultural.

Los inmigrantes chinos prosperaron en varias actividades económicas, especialmente en el comercio pequeño y mediano, y la agricultura. Con el tiempo, ampliaron sus actividades y, por consiguiente, sus relaciones.

En 1923, en Sonora, México, existía una ley que prohibía que personas chinas se casaran con mexicanas. Aunque enfrentaron discriminación, la comunidad china resistió, se integró y ayudó al desarrollo de la sociedad en Sonora.

Un indicador de aceptación fueron las uniones matrimoniales entre chinos y mexicanas. A pesar de la promulgación de la Ley Antichina de 1923 (Ley 31), que prohibía dichas bodas, los chinos se quedaron y se establecieron como parte de la comunidad.

Las uniones matrimoniales entre chinos y mexicanas fortalecieron los lazos familiares y comunitarios en Sonora.

Fue mediante estos enlaces que se fueron extendiendo los lazos familiares entre chinos y sonorenses, ya que en los hogares de matrimonios mixtos se reunían para convivir inmigrantes y mexicanos, estrechando las relaciones afectivas y formando nuevas familias chino-sonorenses, como fue el caso de tres hermanas hermosillenses que se casaron con chinos (véase la entrevista de José Manuel Grijalva Chon).

Con un panorama estable en cuanto a lo familiar y lo económico, los chinos cambiaron su forma de vida para incorporarse a la cultura dominante.

En cuanto a la religión, la mayoría dejó el budismo para profesar el catolicismo, y otros siguieron honrando a Buda en el interior de sus hogares, respetando las creencias religiosas de sus allegados.

La comunidad china se destacó por su ayuda y apoyo mutuo, tanto a sus compatriotas como a los sonorenses.

Una característica muy marcada de los chinos es la ayuda que brindaban (y siguen brindando) en sus comunidades. Los descendientes de estos inmigrantes coinciden al recordar lo mucho que sus antepasados ayudaban a todo aquel que solicitara apoyo, tanto a paisanos recién llegados como a sonorenses.

En la actualidad, la comunidad china, integrada por descendientes y chinos recién llegados o “nuevos chinos”, forma parte de la sociedad sonorense, participando activamente dentro de una cultura dominante a la cual han hecho partícipe de sus tradiciones, que siguen practicando como herencia a las nuevas generaciones, que aunque no nacieron en China, llevan sangre oriental.

Por su parte, la Universidad de Sonora y escuelas privadas de nivel preescolar y primaria han incorporado la enseñanza del idioma chino mandarín en sus planes educativos, evidenciando la integración positiva de la cultura china en Sonora.

La comunidad china enfrenta el desafío de conservar sus tradiciones mientras se adapta a la cultura dominante en Sonora.

A pesar de la persecución que sufrieron los chinos por parte de quienes conformaban los comités xenofóbicos, con el objetivo de obligarlos a dejar la tierra sonorense, los inmigrantes resistieron y se quedaron, logrando seguir adelante y formar parte de la sociedad local.

Sin embargo, los esfuerzos que la comunidad china realiza por conservar sus tradiciones y cultura se enfrentan a la aculturación, adoptando costumbres de Sonora. Por ejemplo, la primera semana de octubre, los chinos y descendientes se reúnen para festejar el Día de Independencia de la República Popular China o Medio Otoño.

Durante la celebración, se ofrece un banquete de platillos tradicionales de China, pero en dos ocasiones la cena consistió en tacos de carne asada y frijoles, la comida típica y representativa de los sonorenses. Esto demuestra los ajustes culturales que una subcultura puede llegar a acoger, y es un desafío al que está expuesta la comunidad china al tratar de mantener sus costumbres orientales y transmitirlas a las nuevas generaciones.


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