En México, los estados del norte presentan las tasas más altas de divorcios, una tendencia que ha sido confirmada por recientes datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Este fenómeno refleja cambios significativos en la dinámica familiar y matrimonial en el país, poniendo de manifiesto la evolución de las relaciones y el creciente número de separaciones.
Crecimiento de los divorcios en México
El aumento de los divorcios en México es notable. En 2022, se registraron 166,766 divorcios, lo que representa un incremento del 11.4% en comparación con 2021. Las causas más comunes de divorcio fueron el divorcio incausado, que no requiere una causa específica y puede ser solicitado unilateralmente, y el mutuo consentimiento, donde ambas partes acuerdan la separación.
La relación entre divorcios y matrimonios también ha cambiado drásticamente. Mientras que en 2012 se registraban 15.1 divorcios por cada 100 matrimonios, para 2022 esta cifra se duplicó a 32.9, lo que refleja una tendencia creciente hacia la disolución matrimonial.
Estados con mayor tasa de divorcios
Campeche encabeza la lista con una tasa de 4.75 divorcios por cada mil habitantes, seguido por Sinaloa con 3.71 y Nuevo León con 3.58. Otras entidades del norte que también presentan altas tasas incluyen Coahuila con 3.32, Chihuahua con 3.08 y Sonora con 2.80. Este patrón sugiere una concentración geográfica del fenómeno en las regiones norteñas del país.
En Campeche, por ejemplo, se registraron 4,774 divorcios en 2022, convirtiéndolo en el estado con la mayor tasa de divorcios en todo el país. Sinaloa y Nuevo León también mostraron cifras elevadas, con 3,710 y 3,580 divorcios respectivamente.
Los 10 estados que encabezan la lista son:
1.- Campeche 4.75
2.- Sinaloa 3.71
3.- Nuevo León 3.58
4.- Coahuila de Zaragoza 3.32
5.- Aguascalientes 3.25
6.- Chihuahua 3.08
7.- Tamaulipas 3.02
8.- Sonora 2.80
9.- Zacatecas 2.40
10.- Guanajuato 2.17
Factores que influyen en el aumento de divorcios
Varios factores contribuyen a este aumento: La edad promedio al casarse ha incrementado, con los hombres casándose a los 34.1 años y las mujeres a los 31.3 años en 2022.
Además, la duración promedio de los matrimonios que terminan en divorcio es de 17.7 años, lo que sugiere que las parejas están optando por separarse después de un periodo considerable de convivencia.
La independencia económica y el empoderamiento de las mujeres también juegan un papel crucial, donde ahora las mujeres tienden a divorciarse a una edad promedio de 39.6 años, mientras que los hombres lo hacen a los 42.2 años.
Este fenómeno puede estar vinculado a una mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral y a cambios en las expectativas y roles de género dentro del matrimonio.
No todo el panorama es negativo
A pesar del aumento en los divorcios, no todo es negativo en el panorama de las relaciones en México. El Inegi reportó que un alto porcentaje de personas casadas consideran tener una buena relación con su pareja.
El 94.3% de los encuestados pudo identificar fácilmente los aspectos que más admiran en su pareja, el 95.6% sintió que su opinión era tomada en cuenta en las decisiones conjuntas y el 95.2% expresó que forman un buen equipo con su pareja.
Sin embargo, un 8.9% indicó que su relación no es buena, con un porcentaje ligeramente mayor de mujeres (11.3%) que de hombres (6.4%) reportando insatisfacción con su relación.
El divorcio, un fenómeno que debe ser atendido en México
El incremento en las tasas de divorcio tiene varias implicaciones sociales y económicas, las cuales afectan la estructura familiar, la crianza de los hijos y la dinámica económica del hogar.
Este fenómeno pone de relieve la necesidad de políticas y programas de apoyo para las familias en proceso de separación, así como servicios de mediación y asesoría legal para facilitar el proceso de divorcio en México.
En cuanto a las perspectivas futuras, es probable que la tendencia al aumento de divorcios continúe, reflejando cambios sociales más amplios. La mayor aceptación del divorcio como una opción válida y la evolución de las normas culturales en torno al matrimonio y la familia seguirán influyendo en estas estadísticas.
