En 1929, el plan de la Revolución Renovadora en Sonora desencadenó una serie de problemas que terminó con un bombardeo en Sonora, dejando un panorama caótico y desolador en su época.
En la tumultuosa historia de México, hay episodios que, por diversas razones, caen en el olvido colectivo. Uno de estos acontecimientos es la Revolución Renovadora en Sonora, un conflicto que enfrentó al gobierno central con los rebeldes sonorenses, encabezados por el gobernador Fausto Topete.
Este enfrentamiento, que culminó con un hecho particularmente impactante, marcó un capítulo poco conocido pero significativo en la historia del país.
La Revolución Renovadora tuvo su génesis en la insatisfacción de los sonorenses con el gobierno central, encabezado por Emilio Portes Gil, en 1928. Fausto Topete, un hombre que participó en la Revolución Mexicana y que fue gobernador de Sonora de 1927 a 1929, lideró este movimiento en respuesta al asesinato de Álvaro Obregón, otro hijo destacado de Sonora.
La relación tensa entre el poder federal y los gobiernos estatales, sumada al descontento por la muerte de Obregón, condujo a la firma del Plan de Hermosillo, mediante el cual se le declaraba formalmente la guerra al gobierno mexicano, y posteriormente, al estallido de la rebelión.
La solución a los rebeldes, el bombardeo en Sonora
La resistencia de los rebeldes sonorenses llevó al gobierno federal a tomar medidas extremas. Ante la negativa de los insurgentes a rendirse, el gobierno optó por una táctica inusual para la época: el bombardeo en Sonora.
El 25 de abril de 1929, aviones enviados por el gobierno sobrevolaron Navojoa, lanzando bombas sobre la ciudad ocupada por los rebeldes. Si bien el objetivo era someter y dispersar a los insurgentes, el resultado fue numerosas víctimas civiles y militares.
El 28 de abril de 1929, la ciudad de Hermosillo fue testigo del mismo acontecimiento que su ciudad hermana. Aviones del gobierno federal, comandados por el Coronel Pablo Sidar, bombardearon la ciudad, provocando una confusión generalizada.
Civiles y soldados buscaron refugio mientras las calles se llenaban de personas huyendo del horror del bombadero en Sonora. El saldo fue la pérdida de 4 vidas inocentes y varios heridos.
Relatos del bombardeo en Hermosillo
El 28 de abril del 2002, Luz B. Arredondo publicó en El Imparcial el relato de quien vivió el bombardeo en Sonora, específicamente en Hermosillo, como parte del 73 aniversario del acontecimiento histórico.
Ramón Ángel Amante Echeverría, quien en al momento del bombardeo en Sonora tendría entre 9 y 10 años, relató: “Inmediatamente el grupo de niños, hermosillenses que estaban en los alrededores, vecinos y rebeldes empezaron a correr generándose un caos.
“Tiraban las bombitas a mano (los copilotos) y a veces explotaban y otras no; una de esas bombas le cayó a un señor yugoslavo que vivía aquí y vendía naranjas en la calle Monterrey; le cayó en la cabeza y lo mató con todo y caballo”.
En el texto compartido, Amante Echeverría relató el miedo de él y sus amigos, quienes se refugiaron en el Mercado Municipal, pues las naves que participaron en el bombardeo piloteaban muy bajo, y con metralletas disparaban a la población.
“A pesar de que algunos soldados rebeldes se defendieron, igual que militares del Cuartel del Catorce de Guerrero y Colosio, así como civiles que salieron a disparar a las naves del Ejército que tuvieron que volar bajo, el saldo para los bombarderos fue blanco, no así para el de la comunidad hermosillense que perdió a cuatro de sus residentes”, finalizó el realto.
Un conflicto olvidado
El bombardeo en Sonora marcó un punto de inflexión en el conflicto, contribuyendo a la disolución del movimiento rebelde. Fausto Topete, despojado de su cargo y exiliado en Estados Unidos, se convirtió en un símbolo de la resistencia. Aunque la revuelta fue sofocada, dejó cicatrices en la población y en la memoria histórica de Sonora.
El día que el presidente de México bombardeó Sonora es un episodio poco conocido pero significativo en la historia del país, que pone de manifiesto las complejas dinámicas políticas y sociales de la época.
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Fuentes: El Sol de Hermosillo, Hermosillo Era Así, Primera Plana Digital, Hermosillo a través del tiempo
