En febrero de 2019, un colectivo de mujeres skaters llamado Grlswirl viajó a Tijuana para enseñar a patinar a niños y niñas migrantes que llegaron en la primera caravana migrante con la intención de hacerlos recuperar la alegría de ser niños.
La migración en la frontera ha sido un tema de debate desde hace varios años, sin embargo, se intensificó con el paso de los años y ahora es común leer sobre caravanas de migrantes que buscan llegar al norte de México para poder llegar a Estados Unidos.
En el 2018 llegó a Tijuana la primera caravana migrante proveniente del sur de América, evidenciando una problemática a la que se debía encontrar una solución. Ante esta situación, la población de Tijuana y sus alrededores decidió no quedarse con los brazos cruzados y ayudar a los recién llegados.
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Entre los que buscaban apoyar a los migrantes que en ese entonces se quedaron radicando en Tijuana, se encontraba el colectivo de mujeres skate Grlswirl, quienes son originarias de Venice, California y que viajaron en febrero de ese año para enseñar a niños y niñas migrantes los fundamentos del skateboarding con la intención de animar y despertar la alegría de ser niños.
Rompiendo estereotipos para crear sonrisas
Los primeros llegados en la caravana migrante despertaron percepciones negativas en Estados Unidos, sin embargo, el grupo de Grlswirl logró conectar con los refugiados a un nivel personal desde la primera visita que ocurrió el 22 de febrero de ese año.
Los refugios de Tijuana ya albergaban en ese entonces a miles de persones provenientes de países de Sudamérica, y entre ellos había muchos menores de edad que habían huido de la violencia y la falta de oportunidades en sus países de origen.
Así, Grlswirl se embarcó en un viaje para llegar a los refugios migrantes de Tijuana para ofrecer a los pequeños la oportunidad de aprender a patinar para hacerlos sentir libres a través de un deporte tan divertido como lo es el skate.
El skateboarding como instrumento de felicidad
El enfoque de Grlswirl es empoderar a las mujeres y romper las barreras de género se extendió a Tijuana, donde enseñaron a niños y niñas migrantes a patinar. A través del skateboarding, las niñas y niños pudieron superar sus propias limitaciones y aprender a apoyarse mutuamente.
La iniciativa no solo se centró en enseñar a andar en patineta, sino en crear un espacio seguro donde las niñas pudieran romper barreras y construir amistades duraderas practicando una actividad como esta.
El impacto de Grlswirl en Tijuana
La visita de GrlSwirl tuvo un impacto profundo tanto en los niños migrantes como en las propias mujeres del colectivo. Para estos niños, la oportunidad de aprender a patinar no solo les brindó una nueva habilidad, sino que también les dio un sentido de pertenencia y un atisbo de la infancia que habían dejado atrás en su camino hacia la frontera.
Para las mujeres de GrlSwirl, esta experiencia solidaria les mostró su propio privilegio y les recordó la importancia de la empatía y la compasión. Las sonrisas y la valentía de los niños les enseñaron cuánta fuerza puede haber en una sonrisa y cuán desafiante puede ser la vida más allá de sus propias puertas.
El trabajo de Grlswirl en Tijuana sigue siendo un recordatorio inspirador de lo que es posible cuando las personas se unen para brindar alegría y apoyo a quienes más lo necesitan. A través del skate, estas mujeres dejaron una huella en los corazones y las vidas de los niños migrantes, demostrando que el empoderamiento y la comunidad pueden florecer en los lugares más inesperados.
¿Ya conocías su historia?
Fuentes: Here Magazine, Matador Network, Grlswirl