La vida y legado del escritor José Revueltas, el escritor disidente de Durango que marcó la historia de México con su obra y activismo social.
A 105 años del natalicio de José Maximiliano Revueltas Sánchez, el prolífico escritor, guionista y activista duranguense, continúa siendo una figura fundamental en la literatura mexicana y una voz crítica ante las desigualdades sociales.
Su legado, traducida a múltiples idiomas, perdura en novelas, cuentos, ensayos y obras teatrales que exploran la complejidad de la identidad mexicana y la lucha por la justicia social.
En 2014, el nombre de José Revueltas fue inmortalizado con letras de oro en el Muro de Honor del Congreso de la Ciudad de México, un tributo que destaca su papel junto a figuras como Octavio Paz y Efraín Huerta en la construcción de la identidad nacional y la promoción de un México democrático.
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Su contribución literaria y su activismo social fueron respuestas a los cambios políticos, económicos y sociales de su época, marcando así una conexión entre el arte y la realidad.
Los primeros años de José Revueltas
José Revueltas nació el 20 de noviembre de 1914 en Durango, sus padres fueron don José Revueltas Gutiérrez y doña Romana Sánchez. Para subsistir, don José abrió una tienda de abarrotes en la ciudad a la que llamó “El Naranjo”, que le ayudó a mantener a sus doce hijos.
A pesar de su gusto por las ventas, la pareja no quería que sus hijos se convirtieran en comerciantes, sino en artistas, por ello trabajaron en transmitir el amor por los libros y el arte a sus hijos, y aunque dos de ellos murieron jóvenes, otros hermanos, junto a José, lograron consolidarse como importantes artistas y creadores.
En 1920, la familia entera se trasladó a la Ciudad de México y se instalaron en la colonia Roma, y don José abrió un negocio con el mismo nombre que tenía el que dejó en Durango en la colonia La Merced.
Una adolescencia llena de problemas
Don José era descendiente de alemanes, por lo que decidió que todos sus hijos estudiarían en el Colegio Alemán, una situación que marcó definitivamente a José Revueltas, pues conoció de cerca las diferencias de la gente privilegiada que asistía a un colegio que colindaba con las calles sucias y peligrosas de una colonia popular, la Doctores.
Tres años después de la llegada a la Ciudad de México, don José sugirió fallas renales y murió, lo que ocasionó que el negocio quebrara y que los hermanos Revueltas tuvieran que entrar a una escuela pública, lo que alimentó el carácter de José.
A los 13 años decidió abandonar la escuela, pues había encontrado un nuevo refugio, la Biblioteca Nacional, donde conoció textos de gran importancia para su desarrollo intelectual y creativo, como el Manifiesto Comunista y otros textos de Dostoievsky.
Sin embargo, su madre sentía que andaba en malos pasos, por lo que lo metió a trabajar a una ferretería, donde conoció a alguien que le marcó la vida, un joven apodado Trotsky, quien reunía a los trabajadores y les hablaba sobre los derechos de los trabajadores y un poco sobre el comunismo.
Su paso por la cárcel de las Islas Marías
José Revueltas se obsesionó con ingresar al Partido Comunista Mexicano, por lo que asistió a un mitin que se realizó en el zócalo en 1929, donde lo arrestaron por izar una bandera roja en el asta principal. En su primer arresto tenía apenas 15 años. En 1930 obtuvo por fin su ingreso al partido oficialmente.
Durante la época el comunismo era ilegal, por lo que el partido tenía que moverse clandestinamente y a las sombras del gobierno. En 1932, José Revueltas y otros miembros del partido fueron arrestados por repartir folletos del partido, por lo que fueron llevados a la cárcel de máxima seguridad en las Islas Marías.
En ese entonces, José aún no era mayor de edad, por lo que salió rápidamente de la cárcel, pero esa no fue la última ocasión, ya que nunca abandonó la lucha y nunca se mantuvo callado ante las desigualdades.
Un vínculo controvertido con la izquierda
Desde su juventud, Revueltas se sintió atraído por la ideología marxista en una época en la que el comunismo estaba prohibido. Su compromiso con la causa comunista marcó el inicio de una compleja relación, siendo expulsado más tarde por sus críticas a las prácticas burocráticas en el partido.
Su disidencia no se detuvo ahí; Revueltas participó en la fundación del Partido Popular Socialista (PPS), del cual también fue expulsado por cuestionar a la izquierda.
A pesar de estas tensiones, su pensamiento crítico se plasmó en obras como “Ensayo de un proletariado sin cabeza,” que invita a la reflexión política que sigue vigente.
El legado literario de un inconforme
La obra de José Revueltas abarca novelas, cuentos, ensayos, crónicas, guiones de cine, obras de teatro y poesía. Desde su primera novela, “Los muros de agua” (1941), mostró su talento en el uso del lenguaje coloquial y la compleja construcción psicológica de sus personajes.
Obras como “El luto humano” (1943) y “Dios en la tierra” (1944) exploran la idiosincrasia de México, mientras que “Los días terrenales” (1949) y “Los errores” (1964) causaron revuelo por sus cuestionamientos políticos.
Entre sus premios se destaca el Concurso Literario Latinoamericano por “El luto humano” (1943) y el Xavier Villaurrutia por Obra Literaria en 1967. Su influencia se extendió más allá de las fronteras, con traducciones de sus obras a varios idiomas, consolidando su posición en la literatura mundial.
Revueltas en el movimiento del 68
José Revueltas desempeñó un papel crucial durante el movimiento mexicano de 1968, sumergiéndose activamente en marchas, asambleas y conferencias. Su participación iba más allá de las palabras; era una expresión apasionada de su compromiso con las causas sociales que defendía. Sin embargo, la brutalidad de la masacre de Tlatelolco cambió drásticamente su vida.
Después de este evento, Revueltas se convirtió en blanco de la persecución gubernamental y fue señalado como el supuesto autor intelectual del movimiento estudiantil. En un intento por evitar la captura, se vio obligado a esconderse y vivir en la clandestinidad hasta que finalmente fue detenido después de ofrecer una conferencia en Ciudad Universitaria.
José Revueltas cumplió una condena de dos años y salió de prisión bajo palabra, aunque su salud ya se resentía. A partir de entonces, redirigió sus esfuerzos hacia la enseñanza, impartiendo clases de cine y participando en conferencias y entrevistas.
Finalmente, José Revueltas falleció el 14 de abril de 1976 debido a una asistolia. Al poco tiempo, la Universidad Nacional Autónoma de México organizó un homenaje al escritor, donde Juan de la Cabada pidió que los asistentes cambiar el minuto de silencio a un minuto de aplausos, pues era un homenaje a alguien que nunca encontró una opción en el silencio.
¿Cuál es tu obra favorita del escritor?
Fuentes: Secretaría de Cultura, Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, México Desconocido
