Las parteras en la frontera de México con Estados Unidos se han convertido en una esperanza y protección para las migrantes embarazadas que enfrentan violencia y abusos en su viaje.
En la frontera norte de México, las parteras que practican técnicas ancestrales se han convertido en una esperanza para las mujeres migrantes que enfrentan situaciones de violencia, abuso sexual y embarazos no deseados durante su viaje hacia Estados Unidos.
La Asociación de Partería y Medicinas Ancestrales en Tijuana se ha convertido en una refugio para estas mujeres, brindando atención médica, emocional y psicológica, así como apoyo en casos de gestaciones no planeadas y enfermedades de transmisión sexual.
En su camino para llegar a Estados Unidos, el 60% de las mujeres migrantes sufren uno de los riesgos de los que más poco se habla de la migración, la violencia sexual, según el Comité Internacional de Rescate.
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La directora de la asociación , Ximena Rojas García, explicó a EFE que la violencia sexual es fenómeno constante que afecta a todas las mujeres que emigran, sin importar su nacionalidad o edad. “La ruta migratoria está plagada de diversas formas de violencia, y muchas mujeres o personas con capacidad de gestar sufren asaltos sexuales en su camino hacia un futuro mejor”, comentó Rojas.
Parteras buscan proteger a migrantes víctimas de violencia sexual
Debido a las olas de migrantes que llegaban a la frontera, en 2016 la activista fundó su organización con el fin de brindar apoyo a todas las mujeres migrantes, deportadas y otras personas vulnerables que hayan sufrido un ataque de este tipo en su camino.
Cuando las mujeres llegan a la organización, se les realizan diferentes pruebas de laboratorio, como exámenes de embarazo y análisis de infecciones de transmisión sexual. Lamentablemente, los resultados a menudo revelan situaciones complicadas como infecciones de transmisión sexual, incluso VIH.
Rojas García reconoce que el trayecto de estas mujeres es muy complejo, ya que se enfrentan a diferentes tipos de peligos durante toda su travesía, incluyendo autoridades migratorias y de seguridad.
La vacuna “Anti-México”
Ante estas circunstancias, la mayoría de las mujeres que deciden emigrar recurren a un anticonceptivo inyectable de tres meses, al que se le ha apodado la vacuna “Anti-México”.
Según Psyche Calderón, coordinadora de la Alianza para la Salud de las y los Refugiados, este anticonceptivo es utilizado por la mayoría de las mujeres que recorre el país de sur a norte, pues es bien sabido que durante el recorrido se enfrentarán a situaciones de abuso sexual.
Se estima que una de cada tres mujeres adultas es víctima de abuso sexual mientras viaja en “La Bestia”, el tren que cruza todo el país. “Es muy triste, porque las mujeres salen de casa sabiendo que van a ser violadas en el camino y es otra forma de violencia para ellas”, comenta Calderón.
Apoyo integral de las parteras
La Asociación de Partería y Medicinas Ancestrales no solo brinda atención médica, sino también apoyo emocional y psicológico a las mujeres migrantes. Para evitar revictimizar a las sobrevivientes, evitan hacer preguntas detalladas sobre sus casos. Además, colaboran con varias organizaciones para proporcionar apoyo legal a quienes lo necesiten.
Un aspecto de la labor de estas parteras es acompañar a aquellas mujeres que, a pesar de haber sufrido abuso sexual, desean continuar con sus embarazos. El equipo de parteras atiende partos y pospartos, así como cuidados para recién nacidos. También brindan apoyo a menores que experimentan irregularidades en su menstruación debido al estrés vivido durante su travesía.
El grupo de parteras que conforma la asociación han expuesto la necesidad de albergues y lugares seguros para las migrantes, y ante esta necesidad, han transformado sus casas en salas de parto, donde se atienden a mujeres que buscan una nueva oportunidad en tierras extranjeras. En la actualidad ofrecen hasta mil atenciones por mes.
La organización, que ha crecido con el tiempo, ahora cuenta con tres espacios donde brindan atención médica y psicológica a migrantes, incluyendo menores de edad y miembros de la comunidad LGBTQ+. El más reciente, denominado “Dignidad en Salud”, ofrece servicios adicionales como regaderas, baños, lavandería y un dispensador de agua potable.
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Fuentes: Orato, Partería y Medicinas Ancestrales AC, San Diego Union-Tribune
