El desierto y su vastedad son todo un misterio que vale la pena conocer. En los estados del noroeste existen varios parajes con escenarios desérticos aptos para acampar
Acampar en el desierto se ha convertido en una opción cada vez más popular entre las personas a las que les gusta la aventura, pero también para quienes buscan desconectar de la vida cotidiana y sumergirse en una experiencia diferente.
Los paisajes surrealistas que brindan las dunas de arena, las formaciones rocosas de diferentes colores y las miles de plantas únicas despiertan el biólogo interior de las personas. Por la noche, la escasez de luz artificial permite ver el cielo nocturno en todo su esplendor, diferenciando las constelaciones y viendo como un show único el paso de una estrella fugaz.
En los estados de Chihuahua, Sonora, Durango y las Baja Californias el desierto forma parte importante de sus paisajes, además de permitir vivir experiencias inolvidables por medio de actividades como sandboarding, senderismo, ciclismo y más.
A menos de 50 kilómetros de Ciudad Juárez, se encuentran unas dunas de arena que parecen sacadas de una película de ciencia ficción y que son consideradas las más grandes de México, con altura de hasta 30 metros que permiten practicar sandboarding.
El nombre de este lugar se debe a un poblado cercano que lleva el mismo nombre. En el año 2009 se le reconoció como Área de Protección de Flora y Fauna. Hay que tomar en cuenta que, debido a las altas temperaturas de la zona, es recomendable visitar las Dunas de Samalayuca durante los meses más frescos.
Los viajeros que elijan este destino pueden acampar bajo las estrellas, tener cenas temáticas, pasear en cuatrimotos y jeeps por las dunas, visitar un sitio con pinturas rupestres, y claro, probar el sotol, un destilado típico de este estado.
Esta reserva natural en el Desierto de Altar es recocida como una de las zonas desérticas más impresionantes y mejor conservados de América. Desde 1988 está declarada por la Unesco como Reserva de Biosfera y en el 2013 se ganó el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad.
En el lugar existen dos zonas para acampar, una junto a dos conos de ceniza, donde la oscuridad a la que llega por las noches lo hace un paraje perfecto para la observación astronómica, conocido como Campamento El Tecolote, y otra, para quienes quieren disfrutar de las tonalidades doradas del atardecer sobre las dunas, que es el Campamento Dunas.
El Desierto de Altar es considerado como el desierto más biodiverso del mundo, por lo que los viajeros se pueden encontrar con plantas y especies que no se ven en ningún otro lado, un aspecto que le agregar más diversión a esta aventura.
La zona que conforma el Bolsón de Mapimí, también reconocida como la Zona del Silencio, ofrece un espectáculo natural que tiene la capacidad de dejarte con la boca abierta. Tan sólo llegar al lugar, voltear al cielo y ver la noche estrellada tapizando el cielo te dejará sin palabras.
En este destino los viajeros tienen la opción de acampar o elegir alguno de los complejos ecoturísticos que integran todas las comodidades, como camas, fogatas y hasta telescopios para ver más de cerca la bóveda celeste.
Durante el día, los paisajes desérticos que ofrece Mapimí permiten salir a realizar caminatas, paseos en bicicleta de montaña y excursiones en cuatrimotos; esta zona también alberga una vasta flora y fauna desértica, incluyendo especies endémicas adaptadas a las condiciones extremas de este desierto.
Las dunas de San Felipe son formaciones de arena blanca que brindan un entorno ideal para el turismo de aventura, y cerca de la zona los más valientes pueden practicar deportes como el alpinismo, el ciclismo campo traviesa o el sandboard.
Los visitantes que elijan una caminata para alcanzar el punto más alto de las dunas pueden encontrarse con vistas panorámicas del desierto y el Mar de Cortés que roban el aliento, no olvides cargar bien tu cámara o tu celular para tomar las mejores fotografías.
San Felipe tiene el reconocimiento de ser un spa natural, debido a sus mareas bajas, el agua cálida y el contraste de la arena clara con el mar azul. Los viajeros pueden acampar a la orilla del mar y arrullarse con el sonido de las olas.
En el municipio de La Paz se encuentra la Sierra de las Cacachilas, un paisaje geológico que está cubierto de selva baja caducifolia que se une a las increíbles vistas del Mar de Cortés y la Sierra de la Laguna, un escenario tan interesante como lleno de historias.
La zona se compone de ranchos históricos con campamentos para la aventura y una red de poco más de 60 kilómetros para practicar senderismo y ciclismo de montaña. Los paisajes naturales de la zona están conformados por cardones y torotes, los que destacan por su brillante corteza.
En el pasado esta fue una zona minera muy importante, por lo que los paseos entre las ruinas de antiguas minas y túneles abandonados son parte de la aventura. La comunidad que conforma la Ruta de la Plata adora recibir a turistas y contar las leyendas de la gente de la zona, como la de Don Diablo, que acompaña a los aventureros en sus expediciones.
¿Qué aventura desértica te atreverías a tomar?
Fuentes: Visit Durango, El Pinacate, México Ruta Mágica, México Desconocido
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