La historia del feminismo en México puede analizarse desde la época prehispánica, hasta los movimientos contemporáneos que luchan por la igualdad de oportunidades para las mujeres.
En el tejido social de México, la historia del feminismo se ha entrelazado con los acontecimientos políticos, sociales y culturales que han marcado el devenir del país.
Según Citlaly Aguilar Sánchez, autora de “Breve recorrido histórico de luchas feministas en México” existe la posibilidad de que el feminismo en México siempre haya existido, sin embargo, no se pueden rastrear bien todas las manifestaciones debido a que es un tema de estudio reciente, y como es bien sabido, las participaciones feministas no tienen muchos registros en la historia.
Conocer sobre el feminismo en México se traduce a una exploración profunda y reflexiva sobre la sociedad y los cambios que se han gestado a lo largo del tiempo, al mismo tiempo que revelan la resistencia, la solidaridad y la búsqueda incansable por la igualdad.
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La primera feminista de México
Se dice que la primera voz feminista que tuvo México fue Sor Juana Inés de la Cruz, pues en el siglo XVII buscaba que las mujeres tuvieran la oportunidad de estudiar, sin embargo, el sistema de la época no permitía espacios para que las mujeres obtuvieran conocimientos, a menos que fuera en algún convento, y aún así, el acceso a la información estaba restringido.
En la segunda mitad del siglo XVII, Valentín Gómez Farías, Benito Juáre y Sebastián Lerdo de Tejada consideraron que había una necesidad de que las mujeres tuvieran instituciones educativas iguales a las de los hombres y no solamente de orden religioso.
Aguilar menciona que se debe destacar que aunque el crédito se les da a Juárez y Lerdo de Tejada, la realidad es que fue una lucha que se gestó con mujeres de Zacatecas. Gracias a este cambio en la educación en México, el 18 de enero 1886, Margarita Chorné se convirtió en la primera mujer en recibir un título profesional, graduándose como dentista.
Surgimiento del feminismo en México
Durante el Porfiriato se abrieron las primeras escuelas para maestras en México, y a partir de que las mujeres empezaron a recibir educación en universidades, surgieron las voces femeninas que buscaban cambiar los paradigmas de la época. Laureana Wright marcó el camino con la publicación de su artículo “La emancipación de la mujer por medio del estudio”, que causó gran revuelo.
La misma autora fundó en 1884 “Las Hijas de Anáhuac”, la primera revista hecha por y para mujeres en México, que causaron una ola de oposición, ya que consideraban que atentaba contra los valores tradicionales.
Durante ese mismo siglo, Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario destacaron por su apoyo al movimiento de Independencia y la divulgación de información y apoyo a los insurgentes. En la narrativa de la historia de México, los testimonios de ambas mujeres fueron relegados y se destacaron por ser auxiliares de los hombres que sí fueron reconocidos como protagonistas del movimiento social.
La visibilización de la mujer en el Porfiriato
En la época de Porfirio Díaz en el poder, la desigualdad social se hizo más evidente, y por ende, las denuncias de las mujeres empezaron a ser más frecuentes, es por ello que muchos autores mencionan esta época como la del surgimiento del feminismo en México.
En esa época la sociedad mexicana seguía con la idea de que el hombre debía cumplir con el rol de tomar decisiones importantes, pero empezó a ganar peso el debate sobre el poder sociopolítico que tendrían las mujeres si se les otorgaba un poder en la lucha.
Debido a que las mujeres y los obreros fueron los más afectados por la desigualdad durante el porfiriato, fueron también quienes protagonizaron la lucha social, llegando a un movimiento armado en 1910, en el que participaron mujeres y hombres.
En este contexto, Hermila Galindo creó en 1915 la revista “La Mujer Moderna” en la que se discutía sobre política, además de temas considerados femeninos, como belleza y cocina. Esta publicación inauguró una nueva forma de difusión del pensamiento liberal de las mujeres.
En la década de los treinta el movimiento feminista en México ya era evidente, y las organizaciones como el Frente Único Pro-Derechos de la Mujer, que buscaba defender los derechos civiles de la mujer y sus condiciones de vida.
Auge del movimiento feminista
En las décadas de 1960 y 1970, el feminismo experimentó un renacimiento en todo el mundo, y México no fue la excepción. Surgieron organizaciones como el Movimiento de Liberación de la Mujer, que buscaba cuestionar las normas de género y promover la autonomía femenina.
La consolidación del movimiento del 68 detonó que el pensamiento feminista se expandiera, según la autora Ana Lau “el movimiento feminista de los años setenta estuvo muy emparentado con la desobediencia civil, al igual que el movimiento estudiantil del 1968”, es decir, que no había un plan de acción bien estructurado, sino que eran revueltas que se daban improvisadamente.
A pesar de los avances en las décadas anteriores, los años 80 presentaron desafíos significativos para el movimiento feminista en México. La crisis económica, las tensiones políticas y la resistencia conservadora impactaron negativamente en la promoción de los derechos de las mujeres.
Aun así, muchas feministas persistieron en la lucha, enfrentando la oposición y trabajando incansablemente.
Los años 90 marcaron una etapa de transición para el feminismo en México. La participación de las mujeres en la vida política y económica del país aumentó, pero también se evidenciaron brechas persistentes y la necesidad de abordar cuestiones como la violencia de género y la discriminación en el ámbito laboral.
El siglo XXI: la revolución feminista
El siglo XXI ha presenciado un resurgimiento del feminismo en México, impulsado por la globalización, las redes sociales y un mayor acceso a la información. El movimiento feminista ha ganado visibilidad con protestas masivas, como las marchas del 8 de marzo, que reúnen a mujeres de todas las edades y clases sociales para exigir igualdad y justicia.
El feminismo en México ha evolucionado para abordar nuevas realidades, incluyendo la interseccionalidad y la diversidad de experiencias. El activismo en línea ha desempeñado un papel crucial en la conciencia pública sobre temas como el feminicidio, el acoso sexual y la brecha salarial.
La historia del feminismo en México es una muestra de resistencia y logros, y aunque ha alcanzado avances notables, persisten algunos desafíos que exigen la atención continua de la sociedad y del gobierno. La lucha feminista está en constante evolución, y las mujeres mexicanas continúan trabajando juntas para contribuir un futuro más igualitario y justo para todas.
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Fuentes: Revista Digital Filha, Univa
