El Yu-Mex, una fusión de música tradicional mexicana y talento yugoslavo, hizo bailar a un país que ya no existe. Este género floreció durante una era de tensiones políticas, ofreciendo un puente cultural entre México y Yugoslavia.
En los años 60, una fusión musical tomó por asalto las ondas radiales de Yugoslavia: el Yu-Mex. Este género, que combinó la música regional mexicana con el talento y entusiasmo de los músicos yugoslavos, se convirtió en un fenómeno cultural sin precedentes en un país que ya no existe.
Jóvenes yugoslavos hacían fila para adquirir vinilos con portadas de músicos vestidos de charro y sombreros de ala ancha, mientras que mariachis de apellido eslavo triunfaban cantando corridos en serbocroata.
Este movimiento hizo bailar y cantar a millones de yugoslavos, dejando una huella imborrable en la memoria de quienes vivieron esa época dorada.
El impacto del cine mexicano
La irrupción del Yu-Mex en Yugoslavia no fue un accidente, sino el resultado de una serie de eventos políticos y culturales. Tras la Segunda Guerra Mundial, bajo el liderazgo de Josip Broz Tito, Yugoslavia se alineó inicialmente con el bloque socialista.
Sin embargo, en 1948, Tito rompió relaciones con la Unión Soviética de Stalin, colocando al país en una posición complicada entre el Este y el Oeste.
En esta encrucijada, Yugoslavia buscó alternativas culturales y encontró una solución inesperada en el cine mexicano. Las películas mexicanas, con su temática revolucionaria y sus melodías emotivas, se convirtieron en un escape perfecto.
Una de las películas más influyentes fue “Un día de vida”, dirigida por Emilio Fernández en 1950. En México, esta película pasó desapercibida, pero en Yugoslavia se convirtió en un clásico.
La historia de un joven militar condenado a morir por motivos políticos resonó profundamente con el público yugoslavo, y escenas como la interpretación de “Las mañanitas” se convirtieron en íconos culturales.
Este filme no solo popularizó la música mexicana, sino que también sirvió de catalizador para que músicos locales adoptaran y adaptaran estos sonidos.
El nacimiento del Yu-Mex
Producto del cine mexicano, los yugoslavos encontraron en las melodías y ritmos de la música regional mexicana un nuevo gusto que tenían que adaptar a su idioma, así nación el Yu-Mex.
Este género vio el nacimiento de músicos y bandas que abrazaron este estilo con fervor. Slavko Perovic, una de las mayores estrellas del género, recuerda con nostalgia cómo su pasión por la música mexicana lo llevó a vender más de un millón de discos en los años 60.
Perovic, junto con otros músicos como el Trío Jovanovic, Dukic, Tomljanovic, y el Ansambel Magnifico, lograron hacer suyo un repertorio que originalmente provenía de miles de kilómetros de distancia.
“Cada país tiene sus cosas. Pero México… Cuando escucho estas melodías, se me ponen los pelos de punta. Todo eso sale de aquí… del corazón apasionado. Los mexicanos son muy parecidos a los serbios. Cuanto ríen, ríen de verdad, y cuando lloran, lloran de verdad”, comentó Slavko Perovic a BBC.
La música mexicana, traducida al serbocroata y adaptada con un toque balcánico, resonaba con una intensidad emocional que tocaba el corazón de millones. “Cuando escucho estas melodías, se me ponen los pelos de punta. Todo eso sale de aquí… del corazón apasionado,” comenta con emoción.
Un legado persistente
Aunque la Yugoslavia de la época del Yu-Mex ya no existe, su legado perdura. Las melodías y las letras que una vez hicieron vibrar las ondas de radio y los corazones de millones aún evocan recuerdos en las generaciones mayores.
Perovic y otros artistas como él no solo llevaron la música mexicana a Yugoslavia, sino que la hicieron suya, creando un género único que sigue siendo celebrado.
Hoy en día, en las tiendas y bares de Belgrado, es raro escuchar las notas de “Cielito Lindo” o “Las Mañanitas”. Sin embargo, para aquellos que vivieron la era dorada del Yu-Mex, estas canciones representan un puente hacia el pasado, una época en la que la música tenía el poder de unir culturas y corazones.
El Yu-Mex es un testimonio del poder de la música para trascender fronteras y crear conexiones duraderas. En un mundo dividido por la política y la geografía, la música mexicana encontró un hogar inesperado en Yugoslavia, y su influencia sigue resonando, décadas después de que las ondas de radio dejaron de transmitir estas rolitas.
¿Conoces otro país donde se escuche machín el regional mexicano?
Fuentes: Mihamazzini, BBC
