Conoce algunos detalles de la historia del corrido del Moro de Cumpas, una de las canciones más famosas del estado de Sonora
El corrido de “El Moro de Cumpas” fue interpretado por Antonio Aguilar, Vicente Fernández, Chayito Valdez, Grupo Laberinto y un sin fin de agrupaciones que han tomado esta historia de caballos para hacerla parte de su repertorio.
“Ahí les va, mis hermanos, la carrera más famosa del siglo”, echa a modo de grito antes de empezar a cantar el corrido don Antonio Aguilar. Con el mismo cantante se hizo la película en 1977, dirigida por Mario Hernández.
María Frisby, hija del dueño de El moro, declaró lo siguiente: “Mi papá lo quería mucho. Era como un caballo de raza. Tuvimos dificultades para domarlo, era un caballo muy reluciente y agitado. Se asustaba con el bullicio de la gente”. Esto lo dijo en una entrevista para la Estrella de Tucson, en 2020.
El abuelo de María adquirió al Moro de Cumpas cuando aún era un potrillo de año y medio, en el rancho El Portón, en el municipio de Magdalena, Sonora, pero luego se lo cedió a su hijo Pedro.
El Moro de Pedro Frisby / era del pueblo de Cumpas / muy bonito y muy ligero
“Mi papá decidió no castrarlo”, recordó María en la entrevista, quien es la segunda de los seis hijos de Pedro Frisby Villa y María Dolores Durán Meza. “Él se encargó de domesticarlo y cuidarlo con paciencia, y se dieron cuenta de que era muy veloz”.
Pedro Cruz, el entrenador del caballo, se llevó al Moro a Agua Prieta para entrenarlo y buscar carreras para él. Según María, el Moro participó en un total de 14 carreras importantes, de las cuales perdió cuatro.
El jinete que montó al Moro en la icónica carrera fue ‘Chendo’ Valenzuela, un vaquero del rancho Tres Nogales, donde María nació y que sigue siendo propiedad de la familia Frisby en Cumpas.
El Moro de Cumpas, el caballo más famoso de Sonora a pesar de haber perdido
María ha publicado un libro sobre esta historia tan conocida. Durante su investigación de casi cuatro años, María, residente de Tucson desde 1973, entrevistó a familiares y conocidos, y recopiló toda la información posible sobre el Moro y la carrera en Agua Prieta.
María tuvo la oportunidad de hablar con Trinidad “Trini” Ramírez, el jinete del Relámpago de Agua Prieta. Lo visitó en su casa en Safford, Arizona, en 2017. “Trini tenía 93 años y una memoria prodigiosa”, afirma María. Trini Ramírez falleció en 2018.
Por la tarde las apuestas / pasaban de cien mil pesos / en esa Copacabana
El Zaino de Agua Prieta, también conocido como el Relámpago, pertenecía a Rafael Romero, propietario del famoso Copacabana Club, situado frente al cual se llevó a cabo la carrera.
Otra entrevista importante para el libro fue la que María realizó a Eleuterio Núñez, uno de los jinetes del Moro. “Él confirmó que se llevaron a cabo otras dos carreras entre el Moro y el Zaino”, declaró María.
“El Moro perdió la segunda carrera al tropezarse, pero ganó la tercera”. Núñez también falleció antes de que el libro se publicara.
María, quien se ha dedicado a la venta de seguros para empresas en Tucson y Nogales durante más de 40 años, descubrió durante su investigación cuatro versiones distintas de por qué el hermoso caballo blanco, como dice la canción, perdió la carrera contra el Zaino.
“En el libro, presento las cuatro versiones y dejo que cada persona elija la que prefiera”.
El corrido fue escrito por el aguapretense Leonardo Yáñez, El Nano; luego cayó en manos del Sahuaripa, Gilberto Valenzuela, quien lo llevó a México y se lo presentó a Rubén Fuentes (ex-violinista del Mariachi Vargas de Tecatitlán). Fue él quiendio los últimos retoques, afirmó María.
“Pero lo que inmortalizó la carrera”, según María, “fue el periódico El Sol, que al día siguiente publicó en grandes letras que el Moro de Cumpas había perdido”.
El libro consta de 15 capítulos y casi 200 páginas. Además de abordar la historia de los caballos de carreras, también se adentra en la historia del pueblo de Cumpas y en los orígenes de la familia Frisby.
“Originalmente, quería escribir un libro sobre mi familia, pero a medida que investigaba, todo giraba en torno al Moro”, confesó María.
Pedro Frisby falleció repentinamente en diciembre de 1972, a los 51 años, víctima de un ataque al corazón. Dos meses después, el 23 de febrero de 1973, el Moro, viejo y enfermo, fue sacrificado.
¿No conoces este corrido aún? Pues escúchalo:
Fuentes: La Estrella de Tucson, El Imparcial
