El cementerio prehispánico de Sonora de hace 1000 años

Ónavas, el cementerio prehispánico de Sonora de mil años de antigüedad   

En Ónavas, Sonora, se encuentra un cementerio prehispánico establecido entre 1000 y 1400 d.C. que revela información sobre los primeros habitantes del Valle del Yaqui

En el valle de Ónavas, localizado en la región media del río Yaqui, en Sonora, se han registrado más de 120 sitios arqueológicos que varían en tipo y periodo. Estos se ubican tanto en la llanura aluvial del río como en las mesetas cercanas.

Uno de los sitios más importantes es un cementerio prehispánico que fue intervenido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en 2004, luego de que se descubrieran huesos en un proyecto hidráulico. 

Valle de Ónavas en Sonora.
Crédito: Roman Sánchez

Una investigación de la arqueóloga Cristina García Moreno, en INAH Sonora, realizada en 2011 reveló información sobre la cultura de los primeros pobladores del Valle del Yaqui hace más de mil años, siendo el segundo en el estado y del que se conoce su extensión exacta. 

“Los habitantes asentados en el valle eligieron un área cercana al río para enterrar a sus muertos, específicamente un espacio que se aprovechó repetidas veces a lo largo de 400 años, donde construyeron un montículo de casi dos metros de profundidad. Este montículo funerario contiene los restos de más de 100 individuos, infantes, niños y adultos de ambos sexos, que fueron enterrados más o menos de la misma forma”, declaró en una publicación García Moreno.

Los antiguos pobladores del valle de Ónavas, Sonora. Ilustración: Robert B. Ciaccio.
Crédito: Ilustración de Robert B. Ciaccio

De las osamentas descubiertas en el cementerio de Ónavas, la mayoría presenta deformaciones craneales intencionales y alteraciones dentales. Estas modificaciones corporales, poco comunes en otros hallazgos arqueológicos de Sonora y del suroeste de los Estados Unidos, parecen indicar prácticas culturales ligadas a ideales de belleza y estatus social de la época.

Además, los esqueletos encontrados portaban ornamentos elaborados con conchas y caracoles marinos del Golfo de California, incluyendo brazaletes, pendientes y artefactos de caza. Sorprendentemente, un individuo fue enterrado con un caparazón de tortuga, lo que subraya la diversidad de prácticas funerarias entre estos antiguos pobladores. La presencia de estos ornamentos y artefactos de concha también evidencia una red de comunicación y comercio entre los habitantes de Ónavas y la costa del Mar de Cortés.

Adulto masculino, de entre 18 y 21 años, con una marcada deformación del cráneo de tipo tabular erecta. También tiene limadas las esquinas de los cuatro incisivos superiores. Se le encontró ataviado con aretes de concha trabajada en forma de aro, que estaban colocados cercanos a los mastoides (temporales), donde, anatómicamente, debieron estar las orejas. En su maxilar superior tenía una nariguera cuya forma recuerda a la columela o axis de un caracol marino. b) Adulto femenino, de entre 50 y 60 años, uno de los de mayor edad en la muestra. Tiene deformación del cráneo de tipo tabular oblicua. Esta mujer, al momento de su muerte, había perdido la mayoría de los dientes y sus huesos indican que vivió sus últimos años con artritis.
Crédito: Cristina García Moreno, James T. Watson.

Las investigaciones también indican que este cementerio pudo haber pertenecido a los antiguos Pimas, un grupo cultural que habitó la región de Sonora entre los años 900 y 1300 d.C. Según la investigación de García Moreno, es muy probable que estas prácticas funerarias persistieran hasta la llegada de los españoles en 1622.

Los descubrimientos en el cementerio prehispánico del sur de Sonora y su relación con las culturas mesoamericanas

El hallazgo arroja luz sobre una tradición prehispánica de deformación craneal y modificación dental, prácticas que previamente se habían asociado principalmente con las culturas mesoamericanas del sur. Este descubrimiento amplía el entendimiento de la influencia de los pueblos mesoamericanos, evidenciando su alcance más allá de los límites previamente registrados por los estudios arqueológicos.

“Entre 1000 y 1400 d.C. los habitantes del río Yaqui medio desarrollaron una tradición cultural local de larga duración a la que incorporaron aspectos específicos de grupos del sur de mayor influencia”. 

Cristina García Moreno

Además, el sitio de Ónavas, conocido también como “Loma de las cremaciones”, contenía numerosas vasijas con restos óseos humanos y animales incinerados, indicando que la incineración era una práctica funeraria común en esta región.

Sartal de 51 cuentas que se encontraron asociadas al brazo derecho del individuo. Solamente 10 pudieron identificarse como Chama echinata y Laevicardium elatum, y estaban mezcladas con 27 cuentas de turquesa.
Crédito: Cristina García Moreno, James T. Watson.

La arqueóloga García Moreno también señaló la importancia de los niños en esta sociedad, como lo indica la presencia de collares con cuentas de turquesa colocadas específicamente en los restos de los niños. Esto refuerza la idea de que la sociedad de Ónavas tenía un fuerte enfoque en los rituales y la simbología, incluso en la muerte.

Por otra parte, otro descubrimiento notable son cinco cascabeles de cobre descubiertos en el lugar, que representan al dios Tláloc o Masau (deidad Hopi de la tierra y la muerte). Este hallazgo sugiere la existencia de una jerarquía o estatus diferencial entre los individuos cremados, indicando la rareza y la importancia de este material, que se cree de origen foráneo.

Hallazgo en Cementerio Prehispanico al Sur de Sonora.
Crédito: Mexico Travel Club

Se especula que este cementerio pudo ser parte de un asentamiento ubicado en una ruta comercial muy transitada. Los pueblos de la costa occidental al suroeste de Estados Unidos comerciaban con turquesa, lo que podría explicar la adquisición de objetos de concha y cobre que no son nativos de la región de Sonora.

Este descubrimiento en Ónavas demostró que, aunque Sonora pueda parecer un terreno inexplorado para la arqueología prehispánica, guarda en su suelo testimonios invaluables de civilizaciones olvidadas. Estos restos permiten comprender mejor las tradiciones, las creencias y las redes comerciales de la época.

¿Sabías de este cementerio prehispánico en el sur de Sonora? 


Fuente: INAH, Revista Arqueología Mexicana, Secretaría de Cultura,  México Travel Club, El Economista. 

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