Tijuana encierra una riqueza cultural y popular dentro de sus calles. En el transporte público, su representante es la calafia.
Se dice que una de las mejores formas de conocer la ciudad fronteriza de Tijuana es a bordo de una calafia. Pareciera que es un consejo que tiene muy buena pinta y atención con los visitantes, pero la sugerencia es más bien a manera de broma, pues las calafias dan muchas vueltas y tardan mucho en sus recorridos. Es por eso que probablemente a bordo de una de estas se puedan conocer las calles de Tijuana con mucho detalle.
Desde su aparición en 1976 bajo el nombre de calafia, estas pequeñas unidades de transporte de pasajeros urbanos y suburbanos se han convertido en parte esencial de la vida diaria en Tijuana. Su base ha sido el área de la 5 y 10, y a lo largo de los años han experimentado cambios significativos.
En los años noventa, las calafias adquirieron vehículos reciclados de escuelas de Estados Unidos, los cuales continúan siendo utilizados en la actualidad. Estos pequeños camioncitos escolares se han convertido en el principal medio de transporte, especialmente en el este de Tijuana, donde la población es más densa.
En el interior de estos vehículos, los pasajeros se encuentran a veces apretados, otras veces de pie o sentados. El espacio reducido no permite un viaje cómodo, pero es la opción más económica para desplazarse de un punto a otro.
Tanto para ir a la escuela como para el trabajo, estas pequeñas unidades de transporte resisten cualquier desafío. En Tijuana, existen más de 4 mil unidades de este tipo, lo que representa el 40% de todos los usuarios del transporte público.
En la ciudad se pueden encontrar taxis colectivos, taxis libres, microbuses o “Calafias”, así como camiones que fueron adquiridos en su mayoría en Estados Unidos, siendo autobuses reciclados de escuelas. Cada uno tiene su propia historia y concesionario.
Las opiniones de los usuarios de las calafias son variopintas, aunque este transporte es una excelente opción alternativa a rutas que otros no tienen, la queja por el estado de estos vehículos es recurrente.
Las inconformidades usuales de los tijuanenses hablan de carros en mal estado, falta de aire acondicionado, más unidades y respeto para los consumidores.
Por otro lado los conductores de calafias manifiestas un mal estado en las calles y que el servicio es el justo por el precio accesible de esta opción.
También hay que decir que aunque hay unidades en mal estado, existen calafias arregladas y modificadas por aficionados, hasta convertirlas en lowrider.
Ausencia de choferes en el transporte público de Tijuana
La región enfrenta escasez de conductores de transporte público, lo que ha llevado a que muchas unidades permanezcan inactivas debido a la falta de personal para operarlas. Estas preocupantes cifras fueron reveladas por Jorge Gutiérrez Topete, director del Instituto de Movilidad Sustentable (IMOS), quien destacó que los transportistas han encontrado oportunidades más atractivas en otros sectores económicos.
Según Gutiérrez, muchos conductores ahora trabajan para plataformas como Uber, Uber Eats, DIDI, Rappi, además de colaborar con empresas como Mercado Libre y Amazon, o incluso han emigrado a otros lugares. A nivel nacional, se estima que la escasez de operadores de transporte público oscila entre 50 mil y 70 mil, recordando que miles de empleados del volante perdieron la vida durante la pandemia.
Ante esta situación, se ha lanzado un programa denominado “Mujeres al Volante” en colaboración con los Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI), con el objetivo de abordar la escasez de conductores. Este programa busca fomentar la participación de mujeres en el sector del transporte y brindarles las herramientas necesarias para desempeñarse exitosamente en esta área.
Fuentes: Cadena Noticias, Ruiz Healy Times, La Ruta Mx, El Sol de Tijuana
