Los narcocorridos alcanzaron la popularidad hace muy poco, pero con “El Pablote” sabemos que sus orígenes datan de hace casi un siglo. Conoce a quién se dedicó este corrido y cómo ha ido evolucionando el género con el paso del tiempo.
La narcocultura en México se asocia a las épocas de los ochenta, hasta hoy en día. Sin embargo, este fenómeno cultural inició desde las primeras décadas del siglo XX, con personajes como Pablo González, apodado “El Rey de la morfina”, y su esposa Ignacia Jasso, “La Nacha”, quienes controlaban el tráfico de drogas en la frontera entre Estados Unidos y México, específicamente en Ciudad Juárez, Chihuahua.
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El narcocorrido “El Pablote”, dedicado a la figura de González, fue grabado en el año de 1931, y construye una narrativa en la que se habla de su corta vida y las circunstancias de su muerte, el 11 de octubre de 1930 en el interior de la cantina “El Popular”. El compositor fue José Rosales, y más que escribir una canción en la que narrara la muerte del personaje, quiso sacar a la luz toda la organización dedicada al tráfico en la frontera.
Tres años después, en 1934, Rosales decidió ahondar más en el asunto, y grabó un segundo corrido titulado “El nuevo corrido del Pablote”. La pareja conformada por Pablo e Ignacia logró el control de los estados de Chihuahua, Sonora y Sinaloa luego disputarse el territorio con el narco chino, Sam Ching.
La figura de el Pablote en el corrido de Rosales
González era un narcotraficante de alto nivel, pero no el jefe máximo del crimen organizado de Ciudad Juárez, él formó parte de la organización de Enrique Fernández, a quien la prensa de la Ciudad de México bautizó como el “Al Capone de Ciudad Juárez”, por controlar a los políticos chihuahuenses a quienes apoyaba con dinero e influencias.
A pesar de eso, a Fernández se le recuerda como filántropo, y a González como un hombre abusivo y violento, y en el corrido se narra su necedad y prepotencia, que lo llevaron a perder la vida en el enfrentamiento con un policía.
González fue reconocido por ser el mayor traficante de opio en el estado, pero también se le reconoció por delitos como robo de autos con violencia y compra de objetos robados. Junto a su mujer logró distribuir marihuana y heroína en El Paso, incluso la vendían a soldados norteamericanos que la cruzaban por la frontera.
La narrativa que sigue la canción de Rosales es básicamente lo mismo que narraron los medios locales, lo que deja la evidencia de que el primer narcocorrido no fue dedicado al narco más poderoso, sino al más violento.
La evolución de los narcocorridos
En este momento, los corridos mexicanos y el regional mexicano están teniendo un auge mundial que nunca se había visto, cantantes como Peso Pluma y Natanael Cano son los primeros en las listas de las plataformas de música a nivel internacional, y esto se debe a los nuevos matices que han ido integrando a los corridos.
Los corridos fueron agregando cada vez más matices de la vida de los personajes a los que se dedican, narrando desde las dificultades que se tenían antes de pertenecer al narco, hasta convertirse en un personaje temido y con mucho poder.
Además, la fusión con elementos del trap, hip hop, rap y reguetón, que dieron como resultado los corridos tumbados, innovaron el estilo que se llevaba repitiendo desde finales del siglo XX, creando una revolución musical y atrayendo a los más jóvenes a grupos con los que podrían ya no sentirse identificados, como el Chalino Sánchez.
Los nuevos corridos tienen la intención de conversar directamente con la generación que ha crecido en medio de actos violentos en los que la mafia es protagonista, y relatar momentos que se viven a diario en México, todo esto sin dejar de lado la narrativa que en un principio marcó el corrido “El Pablote” de José Rosales.
¿Te sabías la historia de los narcocorridos?
Fuentes: El Sol de Hermosillo, Infobae, Mitologías Hoy
