De acuerdo con una serie de estudios, las mamás trabajadoras en México enfrentan niveles significativamente más altos de agotamiento laboral en comparación con los hombres que son padres, lo que les ha desencadenado problemas de salud mental.
Los llamados roles de género han representado, por generaciones, un papel significativo en el desarrollo de los seres humanos. Ante este esquema, hombres y mujeres han asumido tareas para cada uno, creadas a base de creencias, culturas y estereotipos.
Tradicionalmente, entre los papeles de cuidadora y protectora de los hijos se ha señalado a la mujer como la protagonista, además del cargo de ama de casa. Si bien el padre es parte fundamental de la familia, a este se le ha dado el papel de proveedor.
El conjunto de responsabilidades, dentro de los roles de género, hacia las mujeres que son madres ha provocado que estas vean afectadas su calidad de vida y salud, aún más cuando deciden ser trabajadoras o profesionistas.
El agotamiento laboral, una problemática real de las mamás mexicanas
Un estudio realizado por el Centro de Investigación sobre la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE Business School reveló que las madres trabajadoras en México están más propensas a experimentar agotamiento laboral que los hombres que son padres.
Realizado durante la pandemia de Covid-19, este estudio encontró que las mujeres en posiciones de liderazgo sufrieron niveles más altos de agotamiento y despersonalización, especialmente en situaciones de crisis.
Los resultados del estudio arrojaron que el aislamiento social y las restricciones impuestas durante la crisis sanitaria llevaron a un aumento en las responsabilidades domésticas y familiares de mamás trabajadoras.
Las mujeres se vieron obligadas a equilibrar las labores del hogar con el cuidado de niños, adultos mayores y personas con discapacidades o enfermedades crónicas. Esta sobrecarga de responsabilidades, combinada con horarios laborales irregulares y prolongados, contribuyó a condiciones estresantes que afectaron su bienestar emocional y mental.
Estos hallazgos reflejaron la tendencia desfavorable que enfrentan las mujeres en situaciones de crisis laboral, lo cual plantea interrogantes sobre la equidad de género en el ámbito laboral, aún más cuando se convierten en mamás.
Presión financiera en madres mexicanas
Además del agotamiento laboral, las mamás mexicanas enfrentan una presión financiera significativa que afecta de forma considerable su estado anímico, según revela un estudio de la aplicación Peanut.
La dificultad para cubrir deudas, los altos costos de vida y los salarios bajos son solo algunas de las preocupaciones financieras que enfrentan las madres. Esta situación genera estrés, ansiedad y depresión, impactando negativamente en su salud física y emocional, así como en sus relaciones interpersonales y horas de sueño.
Según datos de la Secretaría de Salud de México (2018), la gran mayoría, específicamente el 70%, de las mamás que trabajan experimentan un persistente estrés, derivado de la carga abrumadora de responsabilidades que enfrentan, dejándoles escaso tiempo para dedicar a sus hijos.
Esta situación se ha traducido en una variedad de síntomas físicos, como dolores de cabeza, fatiga, sudoración, malestares gastrointestinales, trastornos del sueño, entre otros. Estos indicadores, junto con las exigencias cotidianas, parecen aumentar el riesgo de padecer depresión.
El trabajo híbrido podría ayudar
Ante este panorama, el trabajo híbrido se posiciona como una solución potencial para el agotamiento laboral en las madres trabajadoras. Según los hallazgos del estudio del CIMAD, este modelo de trabajo, que combina el trabajo desde casa y en la oficina, permite un mayor control sobre el equilibrio entre la vida personal y laboral.
Aunque el estudio señala que las mamás en puestos de liderazgo no experimentan diferencias significativas entre trabajar a tiempo completo en la oficina o adoptar un esquema híbrido, el hecho de ofrecer esta opción podría ser beneficioso para muchas otras madres que luchan por equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares.
