Jorge “Maromero” Páez nació el 27 de octubre de 1965 en un circo donde su abuela asistió el parto y desde su adolescencia fue artista y acróbata circense, sin embargo, pese a que su vida parecía predestinada para el espectáculo, no sería en la carpa de circo donde alcanzó su fama mundial, sino en el cuadrilátero.
Con figuras que han triunfado en la historia del boxeo como Julio César Chávez, Marco Antonio Barrera y el Canelo Álvarez, el pugilismo mexicano ha estado lleno de campeones. Sin embargo, existe uno que combinó técnica, carisma y con una historia digna de una película: Jorge “Maromero” Páez.
Originario de Mexicali, Baja California, Jorge “Maromero” Páez nació el 27 de octubre de 1965 en un circo donde su abuela asistió el parto y desde su adolescencia fue artista y acróbata circense. Sin embargo, pese a que su vida parecía predestinada para el espectáculo, no sería en la carpa de circo donde alcanzó su fama mundial, sino en el cuadrilátero.
El Maromero: un estilo extravagante
De pequeño, fue su tío Heriberto Febles Olvera quien le enseñó a pelear, preparándolo para ser el protector del circo. Por ello, cada victoria en el ring la celebraba con maromas y piruetas, ganándose el apodo de “El Maromero”. Su estilo lo catapultó a la fama: cortes de pelo extravagantes, vestimenta llamativa, baile y boxeo que combinaba en sus encuentros.
Fue el 6 de noviembre de 1984 cuando debutó profesionalmente, con una victoria por nocaut técnico en tres asaltos. No obstante, su momento de gloría llegaría el 4 de agosto de 1988, cuando, contra todo pronóstico, derrotó a Calvin Grove para coronarse campeón mundial pluma de la IBF.
Además, Páez defendió su título en nueve ocasiones. Obtuvo el título de la OMB y unificó el campeonato al vencer a Louie Espinoza. Su récord final ostenta: 79 victorias, 52 por nocaut; 14 derrotas y 5 empates.
Su personalidad excéntrica y su origen circense hicieron que las personas quisieran más que solo verlo pelear, querían verlo actuar. En su última pelea, el 5 de diciembre de 2003, el pugilista mexicano peleó en el Dodge Theater de Phoenix, Arizona.
A pesar de ser un veterano en el ring en ese momento, el Maromero Páez demostró que su energía y corazón son incansables al enfrentarse a Scott McCracken en un combate recordado por muchos aficionados al deporte.
Jorge “Maromero” Páez abrió las puertas de México a la FIB y siempre llenó las arenas en cada una de sus contiendas. La televisión de Estados Unidos lo buscaba, y realizó un total de nueve defensas de la tiara mundialista en los pesos plumas.
Luego de sus victorias, los aficionados querían verlo bailar, y su estilo se convirtió en un sello. El ritmo del rap que introdujo también penetró en las esferas estadounidenses. Fue el primer peleador mexicano en firmar en exclusiva con la cadena ABC de la Unión Americana.
El legado de “El Maromero”
Actualmente, a sus 57 años de edad, el Maromero Páez muestra una buena fuerza física, a pesar de los estragos que el boxeo inevitable deja en los pugilistas. Su presencia en eventos y su apariencia saludable son un testimonio de su dedicación a mantenerse en forma y transmitir su experiencia a las futuras estrellas del boxeo.
A pesar de que ya no pisa el ring como contendiente, su legado continúa inspirando a aquellos que buscan alcanzar la grandeza en el mundo del boxeo. Páez ha demostrado que su influencia en el pugilismo trasciende más allá de sus días como peleador activo.
Luego de su carrera como boxeador, Maromero Páez continuó su relación con el espectáculo participando en programas de televisión y entretenimiento como reality shows, programas de variedades y otros proyectos.
Con información de Vanguardia, Mediotiempo, Infobae
