Hasta seis años de prisión para quien lleve a cabo terapias de conversión en Sinaloa.
El Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso del Estado de Sinaloa ha presentado una iniciativa durante la sesión número 159 para considerar las terapias de conversión como un delito tipificado en el Código Penal.
La propuesta busca prohibir cualquier forma de corrección de orientación sexual, identidad o expresión de género, y establecer sanciones para aquellos que promuevan o lleven a cabo las llamadas “Terapias de Conversión”, las cuales han sido señaladas por causar daños psicológicos y físicos a las personas afectadas.
Las penas para los infractores serán de dos a seis años de prisión, además de una multa de doscientos a cuatrocientos días.
Cabe destacar que, en casos donde la víctima sea menor de edad, tenga alguna discapacidad o sea adulto mayor, la persecución del delito será de oficio, sin necesidad de una querella de parte.
En esta ley se establece claramente que las terapias de conversión, independientemente de su nombre, serán consideradas delito. Esto incluye sesiones psicológicas o psiquiátricas que busquen suprimir, anular u obstaculizar la expresión de género o la orientación sexual de cualquier individuo.
En el caso de que el padre, madre o tutor de la víctima lleve a cabo la conducta mencionada en el primer párrafo, se enfrentará a una pena de prisión que oscilará entre tres meses y un año, o a una multa de cien a doscientos días.
Además, se le exigirá someterse a un tratamiento psicológico especializado durante el tiempo necesario, bajo la supervisión de las autoridades pertinentes, como parte de una medida integral.
Estas medidas surgieron a raíz de dos propuestas aceptadas por las comisiones de Igualdad de Género y Familia, Justicia y Salud y Asistencia Social.
La diputada Almendra Ernestina Negrete Sánchez, miembro de Morena, fue la impulsora de una de las iniciativas, mientras que la segunda provino del grupo Parlamentario de Morena.
El objetivo de estas iniciativas es poner fin a cualquier intento de cambiar la orientación sexual, identidad de género o expresión de género de las personas. Se busca erradicar las denominadas “terapias de conversión”, prácticas y tratamientos que vulneran los derechos humanos de las víctimas, causándoles daños psicológicos y físicos que pueden ser irreparables.
¿Qué es una terapia de conversión?
La terapia de reorientación sexual, conocida también como terapia de conversión sexual, terapia reparativa o de deshomosexualización, ha sido objeto de controversia debido a su enfoque pseudocientífico en el cambio de la orientación sexual de personas homosexuales y bisexuales, con el propósito de convertirlos en heterosexuales o suprimir sus deseos y comportamientos homosexuales.
Esta práctica puede involucrar la modificación del comportamiento, terapia de aversión, oraciones y asesoramiento religioso, a menudo asociándose con el movimiento exgay, que tiene un trasfondo religioso más explícito. Aunque algunos grupos exhomosexuales se enfocan en evitar actividades homosexuales, la tendencia rara vez se modifica.
La Asociación Estadounidense de Psicología ha condenado enérgicamente estas prácticas, advirtiendo que los pacientes sometidos a ellas enfrentan un alto riesgo de depresión y tendencias suicidas.
De hecho, la Asociación afirmó que los psicólogos y terapeutas no deben asegurar a sus clientes homosexuales que pueden cambiar su orientación sexual a través de la terapia u otros tratamientos, ya que no existe evidencia sólida que respalde esta posibilidad. Estas declaraciones se basaron en una exhaustiva investigación de dos años en la que participaron los 150 000 miembros de la asociación.
El consenso médico y de profesionales de la salud mental en Estados Unidos es claro: no hay evidencia científica que respalde la efectividad de la terapia de reorientación sexual y, además, se ha demostrado que puede ser perjudicial.
Fuentes: Punto Mx, Wikipedia, Noroeste, Espejo
