NORO platicó con el fotógrafo sonorense Sergio Müller y esto es lo que contó sobre su trabajo detrás del lente
Sergio Müller era un niño cuando su mamá le regaló el libro Cosmos, de Carl Sagan. Desde ese momento y después de observar las fotos tan increíbles que lo ilustraban, Sergio se enamoró del cielo nocturno. Muchos años después, el hermosillense descubrió que cerca de su hogar, en el desierto de Sonora, había un escenario espectacular donde podía sentirse cerca de una galaxia.
Este descubrimiento sucedió después de que Sergio comenzó a tomar fotos. Primero lo hizo en Ciudad de México, en donde vivió desde 2012. Fue hasta 2015 que volvió a Sonora, impulsado por el deseo de ver y fotografiar el cielo en la noche.
Practicó todo un año. En 2016 ya estaba apuntando su lente a las estrellas, buscando lugares obscuros en el desierto. Sin embargo, se dio cuenta de que no importaba lo mucho que se introdujera en el monte, la huella humana llegaba hasta allá.
“Uno tiene que aprender a adaptarse al sitio natural en las condiciones que está. Da un poco de miedo, mucha gente está completamente a oscuras, pero es parte de la violencia del desierto. Al final tus ojos se acostumbran y no hay una experiencia más increíble que solo ver con la luz de las estrellas y la luna”, expresó Sergio Müller en entrevista con NORO.
La misión de Sergio de preservar el desierto
Inspirado por fotógrafos de paisaje y naturaleza de países como Nueva Zelanda y Estados Unidos, Sergio hizo una de sus primeras exposiciones durante el Concurso FotoSeptiembre, en 2017.
La galería tuvo el objetivo de crear conciencia sobre la contaminación lumínica. Esto lo llevó a trabajar en un proyecto de comunidad llamado Caminantes del Desierto, iniciado por amigos senderistas que limpiaban zonas como los cerros Bachoco y Johnson.
“Se requiere no solo tomar conciencia, si no acción. Empezamos a rescatar espacios y tratando de reforestar con nuestros medios. Fue una bola de nieve que se hizo gigante y que ya se convirtió en una organización robusta y con muchos ejes de acción”, contó el fotógrafo de 40 años.
Por su trabajo fotografiando la naturaleza en Sonora, Sergio ha ganado dos premios nacionales. El primero fue el Concurso Nacional de Fotografía de Naturaleza, en 2019, organizado por la CONABIO; el segundo lo recibió este año, en noviembre, y se trata del Concurso Nacional de Fotografía “Visión Forestal y Centinelas del Tiempo”, de la Conafor.
“Esto me da herramientas para seguir promocionando el desierto y su conservación. Desde que vi este concurso, yo lo quería ganar con una foto de sahuaros. [En…] las fotos de los bosques uno imagina pinos y encinos, pero aquí tenemos bosques de sahuaros, y este año se logró. Me da mucho gusto por el desierto ganar este espacio de reconocimiento”, expresó Müller.
NORO: Sergio, ¿qué planes tienes?
Sergio: Darle continuidad a Caminantes del Desierto. Estamos trabajando en profesionalizar la institución. Aparte, promuevo los cielos nocturnos y su protección. Estoy en trámites para ser representante de una organización internacional de cielos oscuros.
Además, durante dos años hemos estado promoviendo una ley estatal para proteger los cielos nocturnos, la Ley del Cielo, y quedó aprobada este año. Sigue lograr que El Pinacate sea declarado oficialmente un parque oscuro. Esto podría atraer más turismo internacional, dando más valor a nuestro desierto, paisajes y cielo, sobre todo. Somos privilegiados.
Fotográficamente estoy algo detenido. Estoy introduciéndome en las fotos aéreas con dron. Me compré uno este año y me encanta. También tengo ya el calendario 2022, que incluye algunas de estas fotos.
NORO: ¿Qué recomiendas a las personas que visitan espacios naturales?
Sergio: Los Caminantes éramos un grupo de amigos, todos senderistas, y lo hacíamos en Arizona también. Allá el desierto se ve limpio y natural. Regresamos con esa filosofía y la queremos extender, que son los siete principios de no dejar rastro.
Lo mejor que podemos hacer es informarnos de cuáles son, aprenderlos e implementarlos. No son reglas, se trata de tomar decisiones informadas sobre el impacto que generamos para que aquellos que visiten un espacio natural después de nosotros lo encuentren igual o mejor. Dejar las cosas en su lugar es una de ellas.
NORO: ¿Qué has descubierto en estos lugares tan silenciosos?
Sergio: He aprendido que todos quieren visitar estos lugares, pero quieren que se adapten a ellos, que haya comodidades, y parte de la magia de estos sitios es precisamente lo agrestes que son.
NORO: ¿Qué te sorprendió de la flora y la fauna cuando te adentraste en el desierto?
Sergio: Lo que más me gusta de los cielos despejados es que la vegetación también está despejada. Te encuentras ahí con unos gigantes que a contracielo son hermosos: sahuaros, cardones y ocotillos. Algo que me impresionó mucho fueron los cirios. Se sienten como plantas de otro planeta, no parecen ser de este mundo. Pero, en general, toda nuestra vegetación, adaptada a las condiciones agrestes es hermosa.
Si quieres contactar a Sergio lo puedes hacer en muller.mx o al WhatsApp 662 335 9103.
